Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Mientras el pepero Bendodo desarrolla su idea (o su “ikea”) de “Estado Compuesto” para la deconstrucción de España sobre la metáfora “nación de naciones” de Whitman, Adriana Lastra, que es de Ribadesella y que con el permiso del chef José Andrés hace de “campanu” ideológico del socialismo de cocina, nos descubre la “gobernanza a topacarnero” de Sánchez:
–Hemos topado el precio del gas, compañeros, gracias a Pedro, que se ha jugado el tipo en Europa –dice Lastra en una charicharla.
¡Gobernanza a topacarnero! Gobernanza (¡no gobierno!) porque es lo propio del amo de llaves (nada que ver con el “Rensaku” del “Amo de llaves” de José-Miguel Ullán). Y a topacarnero porque Sánchez, según Lastra, topa y en Bruselas cae un precio mundial del gas y en Madrid una nómina del Estado. Suerte caduca, de la que procede la suerte al quiebro, descrita en la Cartilla de la Biblioteca de Osuna:
–Con la banderilla en la mano, llamará (al toro) cara a cara; poniéndose en perfil, le dejará dar el golpe, retirándose con prontitud dos pasos atrás y ejecutará el compás quebrado a la izquierda.
No parece fácil, y menos para Lastra, que no ha leído a Santayana y, sin embargo, hace suya la parábola del carnero en “La vida de la razón”: “Un salvaje con hambre y frío va donde pastan las ovejas y mata a un cordero y se viste con su piel. El salvaje ataca otravez al rebaño, y así hasta acostumbrarse. Pero unos lobos atacan un día a las infelices ovejas. ¿No las defiende entonces su primitivo enemigo? Y en la medida en que procura su bienestar, ¿no es un buen pastor? Y si un carnero castrado razona sobre el cambio de su condición, se estremece al recordar aquellos primeros episodios, y la contribución de ovejas y vellones que exige el nuevo gobierno. Pero le parece poco comparado con lo exigido por los lobos. Y brota en él la admiración por la sabiduría del pastor, y hasta recuerda con agrado alguna caricia ocasional que le prodiga”.
–Para el carnero castrado, una caricia es todo.
[Martes, 17 de Mayo]
