Francisco Javier Gómez Izquierdo
Salí
el viernes de Córdoba y he estado entretenido en unos cuantos
asuntillos por los Montes de Toledo. Regresé ayer tarde con la Feria
avanzada y por supuesto "muy concurrida" y reventona de guapas, también
guapos ¡por Dios!, como enseñan los reportajes gráficos de la prensa
local. Como creo que no tengo el cuerpo ya para mezclarlo con
muchedumbres y me da que no voy a caer en la tentación de "un par de
copitas y nos venimos", esta mañana en mi caminata de rigor me ha
parecido apropiado acercarme al recinto con las casetas cerradas en
horas de repostaje por ver la Feria vacía de gente ociosa. Sólo con los
currantes que cargan y descargan cajas y barriles a destajo y viendo
llegar a los camareros con sus camisas blancas planchadas en las
perchas. ¡Es cosa de ver todo lo que se puede vender en una semana!
¡Qué trajín de mercancías, madre mía! También he visto cervezas raras
anunciadas y patrocinadas por el PCE que imagino sólo venden en el
Rincón Cubano que es la caseta del Partido, caseta que siempre ha sido
muy del gusto del personal por la música y los precios, todo sea dicho.
He escapado rápido porque les aseguro que me he dado cuenta de que
estorbaba el ordenado caos en la circulación de tráilers, camiones y
furgonetas.
Si vuelvo, ya les diré...