Cristo de Ánimas
“..a partir de la hora sexta sobrevino una oscuridad sobre toda aquella tierra hasta la hora nona.”
Francisco Javier Gómez Izquierdo
La procesión de Ánimas se llama en verdad Del Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas y Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, pero los cordobeses la dicen la del Silencio. A mí, el Cristo de Ánimas, y perdonen el atrevimiento, no me parece paso propio de Andalucía. Me recuerda mi vieja Castilla, y me parece llevado, respetado y rezado por castellanos. El Cristo de Ánimas no lleva costaleros. Va a ruedas entre penitentes de luto riguroso que entonan misereres, padrenuestros y avemarías de los misterios dolorosos. Al Cristo de Ánimas las calles lo esperan en silencio. Un silencio contagioso vigilado por los espectadores pegados a las paredes del Realejo que chistean al menor asomo parlero. El Cristo de Ánimas no lleva banda de música. Sus nazarenos no necesitan vigilar la ortodoxia procesional porque los penitentes del Cristo de Ánimas son discretos y cumplidores, cabales y anónimos, sobrios y admirables.
¿Por qué, si Ánimas no lleva música ni costaleros, todos los cordobeses te dicen “...¡¡¡Ah, el Cristo de Ánimas, impresionante de verdad..!!!.”? Vuelvo a pedir perdón, pero a mi me da que la admiración es como de otra especie. Como si el Cristo no fuera del todo andaluz y pareciera bajar de Castilla.