martes, 10 de marzo de 2015

Condenados


 Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Intentando disfrutar con la Copa de Europa, sin duda la mejor competición futbolística, los aficionados que nacimos para sufrir con las limitaciones de nuestros equipos no nos queda otra que admitir debilidades manifiestas.

        El Córdoba está condenado, y como todo condenado a los aficionados nos cuesta admitir la culpa propia y buscamos errores ajenos que compensen nuestra desgracia, pero la verdad es que perdemos porque adolecemos de pardillos, porque no se nos cae la cara de advenedizos, porque no sabemos trampear en un mundo de pícaros y sobre todo porque la Fortuna nos regaló el año pasado todos los beneficios  que pudiera correspondernos.

        Ante el Getafe, el Córdoba porfió en vano desde esa angustia que asfixia su intrusismo entre nobles y que empuja a ciertos jugadores -Ghilas, Cartabia y Bebé- a resolver por la tremenda como si fueran Messis ó Cristianos y no guerreros de ejército menesteroso del que se espera compromiso, astucia y desgaste físico. A mi modesto entender el entrenador Djukic toquetea en demasía las alineaciones, no pareciendo normal que cada jornada roten cuatro o cinco titulares. Ante el Getafe, por ejemplo, jugaron Zuccullini y Ekeng, pareja inédita de mediocentros que sólo pueden estar en Primera por poderosa recomendación. El tal Zuccullini es el más joven de dos hermanos que trajeron a Europa mercaderes de futbolistas con extraordinaria capacidad de convencimiento y que cada temporada en distintas ciudades y países van amasando miles de euros. Las extravagancias de Ekeng tuvieron su público en El Arcángel, pero ya no son permisibles por más tiempo. Su contribución al fútbol está totalmente descartada por incapacidad manifiesta, por lo que querer ganarse a la parroquia amenazando tibias descubre un primitivismo inadmisible. El nuevo portero Saizar padece inseguridad y nerviosismo. La prueba de Fede Vico en el lateral izquierdo resultó dolorosísima, Borja posturea hasta la náusea, Crespo..., mejor no sigo porque el caso es que ni con tanta tara, el Getafe fue mejor que el Córdoba.

      El Getafe estaba a verlas venir hasta que el entrenador Djukic echó mano de nuestro Florín Andone, un dacio con casta, que en un arrebato corajudo derrumbó la pared de Guaita. Con el 1-0, los azules avanzaron líneas y a falta de dos minutos colgaron un balón de escaso peligro en el área de Saizar y de pronto sobrevino el portentoso alarde gimnástico de Fede Vico dejando para la Historia el más hermoso gol que nunca nadie se haya marcado en propia puerta. ¡Busquen en youtube y verán que no exagero! ¿Existe futbolista capaz de repetir semejante escorzo? ¿Acaso hay una mala suerte churrigueresca aposentada en Córdoba? Allí acabó todo. Bueno, no. El Getafe marcó otro gol fuera de tiempo y con mi equipo noqueado. Antes Pedro León nos explicó por qué sus entrenadores de Murcia, Valladolid y Real Madrid se enfadaron tanto con él, Lacen nos dio un susto morrocotudo al desplomarse en el césped y Guaita nos hizo la pascua como nos la hacen todos los porteros a los que nos enfrentamos, que nunca se les ocurre fallar en nuestra presencia. ¡En fin..., lo dicho, condenados!
       Quiere uno disfrutar de las noches de Champions, pero en Córdoba y ante tanta penuria no parece que sea posible.