Valle de Esteban
Era una ruina hermosamente conservada como esas piedras vetustas que la solicitud municipal rodea de amenos prados. Rechazando mis no insistentes ruegos, me confesó tristemente:
-Mi último enamorado no volvió tras la primera entrevista en que me abandoné a sus brazos. Temo que usted hiciera lo mismo.
Julio Torri