sábado, 21 de marzo de 2015

Palos



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Iban el otro día por el paseo del Prado y yo los tomé por una “performance” de Ryohei Hase sobre el cuadro de las Lanzas: era un grupo (“compactado”, que diría Mourinho) de japoneses con el brazo en alto y un palo de “selfie” en la mano.

Después me enteré de que Zugaza tiene prohibida la entrada al Museo con el palo de “selfie”, aunque no sé yo cómo desarmarán a los japoneses en la puerta: como Little Bill Daggett (Gene Hackman) desarmaba a los forasteros en “Sin perdón” o, de manera más española, convirtiendo el palo de “selfie” en tarangallo, que es ese palo que se ata al pescuezo de los perros cazaritos para impedirles cazar en tiempo de cría en el coto.

Cada japonés con su palo de “selfie” al cuello, para evitar una cómica situación de “vis-à-vis” o “face-à-face”: la escena verdaderamente marxiana del grupo blandiendo el palo de “selfie” ante “La rendición de Breda”, donde la réplica al general Spínola recaería en el pequeño Nicolás, rey de los “selfies”.

“Caddie” de “selfie” sería el que asiste al japonés, llevándole los palos de “selfie”, en su visita al Prado, y lo propongo como salida, otra más, para los estudiantes de Historia del Arte, ahora que los políticos andan en plena subasta de promesas contra el paro para colocarse con ventaja en las encuestas.

Las encuestas son el palo de “selfie” de los políticos, inmersos en la batalla de la “interfacialidad”, como los filósofos llaman a cuanto acontece entre los rostros, que, al parecer, son muchas cosas.

Los políticos se miran estos días con cara de preguntarse: “¿Metemos o no metemos imputados en las listas?”

A ver, en las listas sí que tienen que ir imputados: ¡a ver si van a ir solo los tontos! –tercia José Antonio Montano, como un Chris Kyle tuitero con la mirilla puesta en los haberes líricos del bardo de Chus Visor, y candidato obrero en Madrid, García Montero, que en un rato inspirado escribió: “Y haber (sic)  quién crea puestos de trabajo”.

Algún poeta de lo social.