jueves, 10 de julio de 2025

El mejillón de Barceló


The Big Spanish Dinner


Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Por el bloguero J. R. Márquez me entero de que de la paella de Barceló en el “Sofidú”, como castizamente llamaba Umbral al Reina, ha desaparecido un “Mytilus Galloprovincialis”, y, al precio que está el molusco, un mejillón de Barceló no es moco de pavo. Porque hablamos de “The Big Spanish Dinner”, una de las cumbres “matéricas” del Picassín mallorquín, que lo mismo ilustra la “Divina Comedia” sin leerla que cubre de gotelé a los “Sin Techo” de la Onu en Ginebra.


De Barceló, los artistas como Pepe Cerdá envidian su capacidad de interpretar en las filmaciones lo que cree que debe transmitir: concentración, catarsis, ensimismamiento y soledad.


Cuando Barceló se retira a Malí para encontrarse consigo mismo y alejarse de la incómoda civilización, pinta en una canoa mientras navega por el río. Lo curioso es que este íntimo e idílico hecho se puede ver por la televisión. Eso quiere decir que a su alrededor hay grupos electrógenos, unidades móviles, etcétera. Y él, como si nada, a lo suyo.


Pero lo del mejillón es otra cosa, pues, así como se habla del perro de Saura o de la manzana de Cézanne, podría hablarse del mejillón de Barceló, ese mejillón azabache que hizo a Verlaine cantar: “Chaque coquillage incrusté / Dans la grotte où nous nous aimâmes / A sa particularité...” Yo me imagino a Barceló paseando a su mejillón por las galerías como paseaba Nerval a su langosta por los cafés.


¿Aparecerá el mejillón de Barceló?


Los coleccionistas madrileños que sustituyeron en sus salones las cabezas de jabalís por las paellas de Barceló andarán buscándolo por las pescaderías-joyerías de la capital, en cuyas nasas, entre una pinza de bogavante y una cola de rape, puede ocultarse el mejillón de Barceló como el centollo de Vigo se oculta entre las algas al mudar su carapacho, erigiéndose por semejante tontería en símbolo de la prudencia y el consejo.


El mejillón de Barceló puede estar bajo el pelo de Bosé o de Toledo, aunque la lógica indica que su sitio, por el precio, sería el mostrador de las Coruñesas de Juan Montalvo o en la Pescadería de Fernando VI. Vecinos de “El Pescador” de Lista, al oír ruidos extraños, alertaron a las autoridades culturales, que comprobaron que el establecimiento está cerrado por reforma, con lo que queda descartado como cobijo del mejillón de Barceló.


¿Y si, sencillamente, lo hubiera barrido la señora de la limpieza?