miércoles, 30 de julio de 2025

Agua clara


Drácula


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El Barça en Madrid significa que nos vamos a poner tibios de agua clara. ¡Ah, ese vaso de agua clara que es, ya lo habrán adivinado ustedes, el catalán! Agua clara en el palco del Bernabéu, donde Calderón (“me llamo Calderón y doy buena suerte”) ha consagrado el estigma de la “povertá avara” lanzado por el Renacimiento sobre la Florencia de los Médicis. ¿O es que a ustedes ese Mijatovic braceante en un bote de gomina no les recuerda a un Médicis? “Estamos mejor que el Barcelona”, ha dicho el tal Mijatovic en nombre del Madrid, que se encuentra a cinco puntos del líder, el Barcelona, campeón de Liga y campeón de Europa. ¿Por qué? (No por qué lo ha dicho, sino por qué “estamos mejor que el Barcelona”.) Sencillamente, porque el Madrid tiene a Emerson, y el Barcelona, no. Hace ocho días, al regreso de Getafe, Calderón (“me llamo Calderón y doy suerte”) debió de considerar muy en serio la posibilidad de hacer con el Barcelona lo mismo que con los votos por correo: meterlo en un saco y dejar que el tiempo hiciera su labor. Nadie veía la mínima posibilidad de no repetir el ridículo de Getafe ante el Barça. Pero el Madrid fue a Rumanía a jugar con Drácula y ganó, mientras el Barcelona fue a Londres a jugar con el Chelsea y perdió. La consecuencia de estos episodios es la que ha resumido el mayordomo madridista: “Estamos mejor que el Barcelona.” Y los pobres del palco –porque ahora en el palco ya no hay ricos de ocasión, sino pobres de solemnidad– han de contestar: “¡Hip, hip, hurra!”, grito que no procede de los concursos de galgos de Palencia, sino de los cruzados de Jerusalén, que lo entonaban con el sentido de “Jerusalén se ha perdido a manos de los infieles, y nos hallamos de camino al Paraíso”. (HIP es el acrónimo de “Hierosalyma est perdita”.) Con este ambiente se descarta la visita al Bernabéu, acompañando a la fuerza expediocionaria y culé, de la esposa de Pérez, el hijo del guardia, que ya se habrá dicho lo que ella acostumbra decirse: “Los hijos de p... del PP (para ella todo lo que no es ella es PP) no harán que me coja una depresión porque no me da la gana.” Goles, pues, y vasitos de agua clara.