miércoles, 30 de julio de 2025

EL AVIÓN (contenedor cultural)

Foto de 2016


Foto de 2024, con puerta abierta


Francisco Javier Gómez Izquierdo


Andan por ahí unos párrafos que servidor dedicó hace más de quince años a una de las mayores mamarrachadas municipales de las que uno ha ayudado en directo. Recordarán que Burgos, Córdoba, San Sebastián y Las Palmas agavillaron méritos durante unos años para ser elegidas ciudad cultural, no sé si europea o mundial, que no sé como va éso, en el 2016. En el 2011, los jurados, tras ser agasajados como príncipes en esas poblaciones se decidieron por San Sebastián, Ayuntamiento que menor interés tenía por la distinción. Se dijo que el por entonces presidente Zapatero medió, negoció o conspiró (se ve que por innata condición) para que el Excelentísimo Señor Izaguirre (sin E de España), flamante nuevo alcalde de la facción Bildu, recogiera los frutos por los que parecían otros habían aportado mayores y mejores afanes. Recuerdo que a Burgos daba gusto verlo.


El caso es que al alcalde de Córdoba por IU, señor Ocaña, le calentaron la cabeza los concejale suyos y los de la parcialidad socialista con los que hacía yunta en la gobernación y se votó poner un avión en Miraflores, entre la Mezquita y el estadio de El Arcángel, al que colocaron el pomposo nombre de "contenedor cultural". Alguien conocía que el propietario de un vetusto DC-7 varado en un hangar del aeropuerto de Córdoba estaba dispuesto a donarlo y tirando del hilo de la ocurrencia de un aragonés, calcaron el disparate para lo que se involucraba una alucinante cabalgata de motos, coches antiguos y no sé cuántos agentes, por las calles más amplias de la ciudad hasta que lo plantaron mirando a la tribuna de El Arcángel. Ahí lleva más de quince años y el Ayuntamiento no sabe cómo quitar lo que nunca se debió poner. Costó ¡¡¡¡80.000 €!!!! traerlo -cinco kms de distancia- y dice el diario que sale por ¡¡¡¡90.000!!!! retirarlo, gasto que se considera excesivo.


En la metálica mamarrachada se han metido adolescentes a hacer el tonto, gamberros a prender fogatas, chatarrerillos de La Busca barojiana a arrancar piezas..., hasta que todo Córdoba se ha puesto de acuerdo en no soportar por más tiempo tal monstruosidad paisajística. El antiguo propietario, contentísimo cuando lo soltó, por supuesto no lo quiere y el Ayuntamiento busca una solución barata y legal para su desaparición. Para mí, que no quieren decir lo que en verdad piensan, pero cualquier cordobita cree que "lo suyo" es hablar con los chatarreros con almacén en los polígonos y que éstos negocien con sus proveedores de la Dacia, las Palmeras o los Vikingos y "aquí paz y después, gloria".


Los 80.000 euros tirados están, pero el daño a la vista es menester remediarlo... y ¡¡¡líbranos Señor de las propuestas culturales de tanta gente sin conocimiento!!!