jueves, 14 de junio de 2018

Vuelve la Furia... a los despachos

Rubiales

Hughes
Abc

Al terminar la rueda de prensa de Rubiales, muchos comentarios elogiaban su capacidad testicular. No podía elogiarse otra cosa. Rubiales, una mezcla de ethos populista y Paco Jémez, demostró que los tiene bien puestos. «Los valores de la Federación los pone la Federación». Puso sus valores sobre la mesa y sí, se vio que los tiene esféricos y más o menos del tamaño de dos melones cantaloupe. Cabeza ya ha demostrado menos. Dejar a España sin seleccionador dos días antes del debut por una «cuestión de formas» no lo hace ni Corea del Norte. Como consuelo, la Federación podría encargar una reproducción en oro para que en lugar de Copa los aficionados puedan ir en peregrinación a hacerse unas fotos con los bemoles bardémicos de Rubiales, autor de una auténtica camachada presidencial, de un arranque de testosterona que nos devuelve la Furia, pero Furia en los despachos.

El daño de Lopetegui a España era de andar por casa; el daño de Rubiales es mundial y se mide por las infinitas formas en que «Lo-pe-te-gui» era pronunciado ayer en el Centro de Prensa.

Los medios que aplauden esto han demostrado que por encima de la selección está su «Concepto de selección», que es como mínimo desconcertante cuando callaban los días en que Piqué animaba a la desobediencia (que eso pasó). Esos mismos no pueden soportar ahora la inelegancia de Lopetegui. Ah, las formas. ¿Y el himno? ¿Eran «formas» el himno?

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