martes, 19 de junio de 2018

Cultos

Manuel Luque


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Más allá de todo conocimiento, cultura significa cortesía y respeto.

En la España del consenso cultural, el periodismo ecuestre nos presenta a Pedro Sánchez como un Cosme de Médici, inventor del Estado y del Renacimiento, a cuyo paso salen de los baretos de la movida, copa en mano (cortesía), para prosternarse (respeto), Ghibertis y Masaccios, Lippis y Brunelleschis, Botticellis y Donatellos.
Pero la realidad es más modesta, como indica el hecho de que en un gobierno que nadie ha votado ni el presidente ni el ministro de Cultura sepan hablar español.

Una vez preguntaron al presidente, cuyo currículum es secreto de Estado, cómo solucionaría él la corrupción, y respondió:

¡Preveyéndola!
Del ministro de Cultura, licenciado en Filología Hispánica por Murcia, circula por las redes su Discurso a los Animales (basado en el “Yo quisiera ser civilizado como los animales” de Roberto Carlos), donde se formula la gran pregunta ontológica:
¿Alguno de nosotros sería capaz de preveer (sic) un terremoto, como hacen los animales?
Esa conjugación del verbo “prever” no es lo que uno esperaría del Jack Lang de la situación, que es lo que Iván Redondo, el Manuel Luque del bote de Colón en La Moncloa, le ha vendido a Sánchez.
En la lengua que hables, así pensarás, y el presidente y su ministro de Cultura no hablan español, que se habla hasta en Polonia, gracias a que Castro, a petición de la Urss, envió un destacamento de soldados cubanos que hicieron por el castellano lo que nunca han hecho en parte alguna los funcionarios del Instituto Cervantes. Mas tampoco son Sánchez y Guirao los responsables de que España renunciara a la capitalidad del español, lengua oficial de veintidós naciones. Lo dijo el verano pasado Alberto Buela en Santo Domingo de la Calzada: Lula, un sindicalista brutote, reemplazó en Brasil el inglés por el español, mientras en España el ideal de Rajoy, un registrador de la propiedad, era que los niños hablaran inglés.

En fin, otro Siglo de Oro.