jueves, 22 de enero de 2015

El bigotito

  
Hughes
Abc
 
De Pegida se lleva escribiendo y hablando mucho tiempo, aunque quizás no sea un movimiento muy significativo. Dibuja un polo alrededor del que gravitar y eso resulta útil (me apetece tanto escribir aquí “topoi”… ¿pero por qué? ¿Por qué esta necesidad insensata de escribir aquí la palabra topoi?). Hoy nos enteramos de la dimisión de Bachmann por su selfi imitando a Hitler. Esto me parece muy revelador. La susceptibilidad alemana con el nazismo es profundísima, claro, pero no escandalizan sus comentarios sino la foto. Eso revela que sí hay asuntos sagrados y límites a la expresión. Imágenes que no podemos soportar. La locura de Bachmann es colgar esa foto en Facebook. Cuando nos afeitamos la barba o el bigote a veces nos dejamos durante unos minutos ese bigotito hitleriano (¿por qué el bigotazo de Stalin sí se ve?). Te quedas un rato frente al espejo admirándolo, entre divertido y aterrado y te vas a la cocina caminando muy rígido para ordenar:

-Kartofen, ¡hoy quiero kartofen!

O te subes por las cortinas en calzoncillos como Charlie Chaplin en El Gran Dictador. No es tan raro, quiero decir, que a veces… bueno… se hace, ¿no? Quiero decir, un minutito aunque sea… ¿O no?