jueves, 3 de noviembre de 2011

José Antonio Lizcano, Calerito

Sobrino de Calerito en su zapatería

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Como acostumbro por los Santos, he vuelto a Cabañeros. He acompañado a mi doña a llevar flores a sus difuntos y con mi compadre Paco hemos recorrido los Montes de Toledo en busca de perreros centenarios que recuerdan “amos” y “guarras”.

-El perro cayó en un pozo enganchado a una guarra y allí estuvieron los dos casi un día entero sin poderse “rebullir” hasta que fuimos con mi amo y una soga a sacarlos.

Mi compadre Paco lleva varios años guardando poemas fieros en una grabadora y busca tiempo para enseñárnoslos un día. Mi compadre Paco tiene devoción por los perreros antiguos, que hoy llaman rehaleros, porque hablan con mucha sabiduría sin que nadie les preste atención y va de Andújar a Retuerta y de Montoro a Las Navas buscando biografías de ancianos que hablan de marqueses y políticos en un idioma desconocido. Cuando tenga las historias bien emperejiladas puede que causen sensación.

Mi compadre Paco también tiene querencia por los toros y junto al irreductible Emilio les gusta preguntar a los antiguos de Piedrabuena, pueblo al que tanto queremos, por las cosas de la tauromaquia en C. Real. Estos días me ha hablado de Calerito, novillero de Piedrabuena, al que quiere presentar ante el gran Márquez de Salmonetes... A Calerito le rinde honores, y más en estas fechas, su sobrino Antonio Lizcano, actual “Calerito”, que el apodo no se pierde en los pueblos

-Mi tío nació en Piedrabuena y fue un novillero de mucha relevancia, pero vino la guerra y a saber lo que pasaría... Mi tío toreó de novillero con dos toreros de C. Real: Agustín Díaz Michelín, que estuvo con el padre de Paco Camino, y Segundo Ureña “Granito de Oro”, que tuvo mucha fama en la época.

El sobrino de Calerito es el zapatero de Piedrabuena y enseña orgulloso el templo desde donde ha sacado a su parentela adelante clavando muchos tacones. No hay día que no recuerde una faena, un toro, un quite... cuando en su particular Capilla Sixtina ve un cartel, un pueblo, una ganadería...

-Aquí tenéis un cartel de cuando la República. De abril del 36, con mi tío toreando en Zamora. Que sepáis que también toreó en Madrid. Mi tío murió joven. Creo que no llegó a los 40 años. Yo he heredado su afición y una vez en "El Quiñón de Almadones” toreé una cabra que me topeteó.

Cartel de Zamora

Calerito al volapié