RAFAEL PÉREZ DE GUZMÁN
-Este rumboso caballero (Rafael Pérez de Guzmán), cuyas pingües rentas bastaban apenas para satisfacer sus caprichos y los enormes gastos que la tauromaquia le acarreaba, reunía bajo el imperio de su voluntad y de su genio festivo y su carácter propiamente andaluz, todos los elementos de la afición taurina. Su casa era el centro de las conversaciones; su amena propiedad, testigo fiel de los hechos y diversiones de sus amigos. Sus bravos toros, el elemento que servía de ensayo a los noveles diestros; su oro, el que protegía a la gente del arte, y su inflñuencia, en fin, la que inclinaba la balanza del público hacia éste o el otro torero que ante él se presentaba.
TOREROS CORDOBESES / JOSÉ PÉREZ DE GUZMÁN
Ignacio Ruiz Quintano
-Este rumboso caballero (Rafael Pérez de Guzmán), cuyas pingües rentas bastaban apenas para satisfacer sus caprichos y los enormes gastos que la tauromaquia le acarreaba, reunía bajo el imperio de su voluntad y de su genio festivo y su carácter propiamente andaluz, todos los elementos de la afición taurina. Su casa era el centro de las conversaciones; su amena propiedad, testigo fiel de los hechos y diversiones de sus amigos. Sus bravos toros, el elemento que servía de ensayo a los noveles diestros; su oro, el que protegía a la gente del arte, y su inflñuencia, en fin, la que inclinaba la balanza del público hacia éste o el otro torero que ante él se presentaba.
TOREROS CORDOBESES / JOSÉ PÉREZ DE GUZMÁN
Ignacio Ruiz Quintano