TOROS EN LOS ESTADOS UNIDOS
-Al salir del Plaza y continuar mi camino en la esquina de la calle 59 con la Quinta Avenida, vi de pronto a un personaje montado a caballo, galopando en dirección uptown, parándose a distribuir circulares a los transeúntes. Cuando se acercaba, vi que el jinete estaba vestido con traje de luces, la cabeza cubierta por una montera que a los norteamericanos legos en tales cuestiones podía muy bien parecer Mickey Mouse hat... Resultó que lo que se anunciaba era una corrida de toros que se iba a celebrar en una enorme plataforma anclada a varios kilómetros de la costa y que el coste del billete incluía el transporte por transbordador. El caballero anunciador me dijo en un español con fuerte acento mexicano que él era uno de los matadores y que la corrida sería de novillos sin picadores. La idea era burlar la legislación del Estado de Nueva York y celebrar la corrida en tierra de nadie, o más bien en aguas de nadie...
LEYENDO A BAROJA / ANTONIO REGALADO
Ignacio Ruiz Quintano
-Al salir del Plaza y continuar mi camino en la esquina de la calle 59 con la Quinta Avenida, vi de pronto a un personaje montado a caballo, galopando en dirección uptown, parándose a distribuir circulares a los transeúntes. Cuando se acercaba, vi que el jinete estaba vestido con traje de luces, la cabeza cubierta por una montera que a los norteamericanos legos en tales cuestiones podía muy bien parecer Mickey Mouse hat... Resultó que lo que se anunciaba era una corrida de toros que se iba a celebrar en una enorme plataforma anclada a varios kilómetros de la costa y que el coste del billete incluía el transporte por transbordador. El caballero anunciador me dijo en un español con fuerte acento mexicano que él era uno de los matadores y que la corrida sería de novillos sin picadores. La idea era burlar la legislación del Estado de Nueva York y celebrar la corrida en tierra de nadie, o más bien en aguas de nadie...
LEYENDO A BAROJA / ANTONIO REGALADO
Ignacio Ruiz Quintano