miércoles, 23 de noviembre de 2011

La Codorniz no puso huevos


Jorge Bustos

La Codorniz nació para tener una actitud sonriente ante la vida; para quitarle importancia a las cosas; para tomarle el pelo a la gente que veía la vida demasiado en serio; para acabar con los cascarrabias; para reírse del tópico y del lugar común (...) Para decir a nuestros lectores: no se preocupen ustedes de que el mundo esté hecho un asco. Vamos a olvidarlo y a procurar no enredarlo más, y aquí reunidos, mientras la gente discute y se mata (...) nos vamos a reír de los señores serios y barbudos que siempre están dando la lata y buscándoles los pies al gato”. Este hermoso programa editorial que uno tanto comparte parece una reacción al noticiero de ayer, de hoy o de mañana –los mismos problemas con distinta barba–, pero lo redactó Miguel Mihura en 1946, cinco años después de fundar la revista legendaria que había pasado ya a manos de Álvaro de Laiglesia. Mihura reprochaba a Laiglesia que hubiera alterado la fórmula fundacional del humor absurdo introduciendo enfoques resueltos de sátira social, pero lo cierto es que La Codorniz ingresó en el olimpo definitivo del humorismo español a lo largo de los 33 años que tuvo a Álvaro por director.

Ni una viñeta dejé sin sonrisa en la muestra con que el Museo de la Ciudad conmemora los 70 años de aquella eclosión de genios españoles sin parangón ni homenaje suficiente. Pero era a ratos una sonrisa melancólica, nacida de la constatación de una vieja sospecha mía: que la censura hace mejores a los escritores, a los guionistas y a los dibujantes porque les fuerza a agudizar el ingenio para sortearla. Los mediocres –los del trazo grueso– quedaban en el cedazo obtuso del censor como cantos rodados, pero el oro del humor fino se escurría hasta las casas de aquellos españoles de cartilla de racionamiento pero con unas ganas eternas de reírse del que se da importancia, que es lo mejor de ser español y a veces lo único bueno. Humor de aquella estirpe se encuentra extinguido en la práctica totalidad de los medios españoles de comunicación y sólo pervive en ciertos tuiteros, en Joaquín Reyes y sus chanantes, en los cachondos de El Mundo Today y en un puñado muy escueto de articulistas con lecturas que se ciscan en la corrección política, el No-Do de nuestro tiempo. ¿Los humoristas de La Sexta? Quia: La Sexta es la Sepu del humor del mismo modo que Neruda era la Sepu de la poesía, en palabras de Ruano. El entrañable Wyoming es a La Codorniz lo que Paz Padilla a Les Luthiers...

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