José Ramón Márquez
Ahora salen con el Rey. ¡Hala! ¡Lo que faltaba! Resulta que según el taurineo, el Rey tenía que salir ahora a decir las cosas que prácticamente nadie del mundillo ha dicho.
-Nosotros no decimos ni mú. ¡Que lo diga el Rey! -piden los listos.
Y yo, que no tengo ni idea de a lo que se dedica el Rey, pero que entiendo que deben ser cosas como andar saludando a mucha gente y recibiendo a embajadores y cosas así, no veo qué diablos tiene que decir ese señor sobre esto de los toros, ni quién le ha dado vela en este entierro. Que imagino que el hombre tendrá su opinión privada, pero que su opinión pública no debe ser pronunciada, especialmente si entra en conflicto con dictámenes emanados de la cacareada ‘soberanía popular’, ese invento.
Es que no deseamos que el Rey ande metido en estos líos. Como cuando el nefasto de su abuelo, le escribe a Silvestre:
“Conquista Annual para el día de mi cumpleaños y no hagas caso de lo que te diga el Ministro de la Guerra, que es un imbécil.”
Porque cada palo tiene que aguantar su vela y dejarnos ya de tonterías con que si el Rey, que ese señor no está para eso. Más vale que, como apunta hoy Amorós en ABC, se hubiesen puesto de acuerdo todos los de la Medalla de las Bellas Artes para devolverla ante la inacción del Ministerio que se la concedió. Bueno, la devolverían todos menos el tonto de Paco Camino, que me encantó como modelo de torero en mi infancia, y que de mayor no deja de hacer memeces, y el desaparecido zombie de Aguascalientes, porque esos ya la mandaron por SEUR a la Plaza del Rey por un quítame allá esas pajas...
Y ahora salen con que si les va a recibir la pobrecilla de Ángeles Sinde, que digo yo que si la joven Ministra es incapaz de poner orden en la Filmoteca Española donde Chema Prado tiene montado su sultanato desde hace lustros, y eso que es del mismo gremio que la Ministra, qué va a hacer con los toros la mujer, que de esto sabrá más o menos lo que le haya contado Tano Díaz Yáñez.
