José Ramón Márquez
Tanta tontería con las cogidas que hay por aquí y por allá, que si Luis Mariscal en Sevilla, que si Aparicio en Madrid, que si El Goy en Gor, que si Domingo Siro, que si Curro Díaz, Cayetano, Arturo Macías, todos ellos ansiosos por recuperarse, por ponerse de nuevo, y mientras tanto nadie se acuerda del calvario de José Tomás, que nos tienen que recordar en Burladero que hay buenos presagios sobre su recuperación, que piensan que hacia octubre, cuando termine la temporada, el hombre estará ya sanado.
Y es que la evolución de las cornadas de Aguascalientes debe ser lentísima, porque me imagino yo que a lo mejor no cicatriza de igual manera la carne de los hombres, hechos de vulgar carne y sangre, que la de las deidades pétreas, que su proceso de curación debe ser lentísimo.
Sin embargo, no sé porqué es qué, viendo la brutalidad de lo de Luis Mariscal, y viendo el Peñajara que le cogió, todo el rollo éste que se traen con el pétreo de Galapagar me da la impresión de ser una especie de broma macabra y de muy mal gusto.
Tanta tontería con las cogidas que hay por aquí y por allá, que si Luis Mariscal en Sevilla, que si Aparicio en Madrid, que si El Goy en Gor, que si Domingo Siro, que si Curro Díaz, Cayetano, Arturo Macías, todos ellos ansiosos por recuperarse, por ponerse de nuevo, y mientras tanto nadie se acuerda del calvario de José Tomás, que nos tienen que recordar en Burladero que hay buenos presagios sobre su recuperación, que piensan que hacia octubre, cuando termine la temporada, el hombre estará ya sanado.
Y es que la evolución de las cornadas de Aguascalientes debe ser lentísima, porque me imagino yo que a lo mejor no cicatriza de igual manera la carne de los hombres, hechos de vulgar carne y sangre, que la de las deidades pétreas, que su proceso de curación debe ser lentísimo.
Sin embargo, no sé porqué es qué, viendo la brutalidad de lo de Luis Mariscal, y viendo el Peñajara que le cogió, todo el rollo éste que se traen con el pétreo de Galapagar me da la impresión de ser una especie de broma macabra y de muy mal gusto.