Francisco Javier Gómez Izquierdo
Acabado el Mundial que vistió a España de gloria, Guardiola y Mourinho se disponen a fallar lo justo en las tareas domésticas para ponerse jaquetones dos domingos: el 18 de octubre y el 17 de abril. Si el Hércules, un poner, llegara a ganar al Barça, y el Español, otro poner, al Madrid... no ganarían el Hércules y el Español. Perderían los amos de la Liga, y así lo han entendido ya esos vendedores de Competición y Emoción que desde el As y el Marca han sucumbido a la evidencia. La liga la disputarán 18 equipos y el tercer clasificado será el primero entre iguales. A 20 puntos quedó el último tercero, y para debilitarlo le han quitado los goles de Villa y la magia potagia de Silva. En el Sevilla, el equipo al que un servidor creía mosca cojonera, a Monchi se le han sublevado dos de esos desagradecidos que llenan el mundo (Schilachi y Luis Fabiano) y además el antiguo portero se ha equivocado este año con un defensa negrito horroroso (Dabo) y con un mediocentro italiano más camorrista que futbolista (Cigarini). Lo peor es su persistencia en el error. Al parecer pretende a De Michelis, el defensa que privó al Bayern de Van Gaal de la última Copa de Europa. El Villarreal y los Atléticos no pasarán apuros... pero ¡ay, del resto!. El descenso en estos tiempos es prácticamente la antesala de la desaparición y el Levante, Mallorca, Málaga, Hércules, Rácing, R. Sociedad... deben procurar hacer bien los deberes desde el primer trimestre.
¿Guardiola o Mourinho?
Mourinho es un ganador y para ganar ha venido. Podrá con la plantilla, esa eterna asignatura merengue, aunque la llamada a Carvalho habrá llegado con las suspicacias de Albiol, por ejemplo, que la comentaría en Méjico con su capitán y colega. Para mí que el madridismo está expectante y no las tiene todas consigo. El público del Bernabéu tiene sus caprichitos y una cierta utopía relacionada con el juego bonito, amén del resultadismo de Capello ó Clemente... que sí, pero no. Véase aquella temporada de Antic.
A Mourinho lo va a juzgar Europa. Pinchar en el Vicente Calderón será un juicio de faltas. Perder ante el Chelsea o el Inter traerá sentencias demoledoras. Ahí no va a valer descartarse con lesionados ó chulerías despóticas... y le preguntarán por Ozil, un zurdo al que todo el mundo le ha visto la excelencia, menos un servidor. Me parece intermitente; con mucha menos clase que Guti; no sigue al rival, pues no esprinta más de 10 metros, y dará muchos disgustos a la parroquia. Tantos como ha dado Kaká.
Tiene ventaja Guardiola porque ya ha reconocido el error de Ibrahimovic. El Barça no precisaba postes de referencia. Los enanitos que corretean por la delantera aparecen de repente, allí donde Xavi o Iniesta dejan cheques al portador. Los catalanes tienen el equipo hecho. Juegan de memoria. La carencia culé está en la retaguardia. Una lesión de Piqué o Puyol sería mortal y me sorprende que el míster no ponga remedio. A no ser que sea otra fanfarronada como la del fichaje de Ibrahimovic.
El Barça y el Madrid están bien arropados. Los dos solitos, como nos enseña la Iglesia románica de Vizcaínos. Al resto de equipos se les verá las vergüenzas. Alguna tarde, puede que con harto escándalo de los espectadores...
Acabado el Mundial que vistió a España de gloria, Guardiola y Mourinho se disponen a fallar lo justo en las tareas domésticas para ponerse jaquetones dos domingos: el 18 de octubre y el 17 de abril. Si el Hércules, un poner, llegara a ganar al Barça, y el Español, otro poner, al Madrid... no ganarían el Hércules y el Español. Perderían los amos de la Liga, y así lo han entendido ya esos vendedores de Competición y Emoción que desde el As y el Marca han sucumbido a la evidencia. La liga la disputarán 18 equipos y el tercer clasificado será el primero entre iguales. A 20 puntos quedó el último tercero, y para debilitarlo le han quitado los goles de Villa y la magia potagia de Silva. En el Sevilla, el equipo al que un servidor creía mosca cojonera, a Monchi se le han sublevado dos de esos desagradecidos que llenan el mundo (Schilachi y Luis Fabiano) y además el antiguo portero se ha equivocado este año con un defensa negrito horroroso (Dabo) y con un mediocentro italiano más camorrista que futbolista (Cigarini). Lo peor es su persistencia en el error. Al parecer pretende a De Michelis, el defensa que privó al Bayern de Van Gaal de la última Copa de Europa. El Villarreal y los Atléticos no pasarán apuros... pero ¡ay, del resto!. El descenso en estos tiempos es prácticamente la antesala de la desaparición y el Levante, Mallorca, Málaga, Hércules, Rácing, R. Sociedad... deben procurar hacer bien los deberes desde el primer trimestre.
¿Guardiola o Mourinho?
Mourinho es un ganador y para ganar ha venido. Podrá con la plantilla, esa eterna asignatura merengue, aunque la llamada a Carvalho habrá llegado con las suspicacias de Albiol, por ejemplo, que la comentaría en Méjico con su capitán y colega. Para mí que el madridismo está expectante y no las tiene todas consigo. El público del Bernabéu tiene sus caprichitos y una cierta utopía relacionada con el juego bonito, amén del resultadismo de Capello ó Clemente... que sí, pero no. Véase aquella temporada de Antic.
A Mourinho lo va a juzgar Europa. Pinchar en el Vicente Calderón será un juicio de faltas. Perder ante el Chelsea o el Inter traerá sentencias demoledoras. Ahí no va a valer descartarse con lesionados ó chulerías despóticas... y le preguntarán por Ozil, un zurdo al que todo el mundo le ha visto la excelencia, menos un servidor. Me parece intermitente; con mucha menos clase que Guti; no sigue al rival, pues no esprinta más de 10 metros, y dará muchos disgustos a la parroquia. Tantos como ha dado Kaká.
Tiene ventaja Guardiola porque ya ha reconocido el error de Ibrahimovic. El Barça no precisaba postes de referencia. Los enanitos que corretean por la delantera aparecen de repente, allí donde Xavi o Iniesta dejan cheques al portador. Los catalanes tienen el equipo hecho. Juegan de memoria. La carencia culé está en la retaguardia. Una lesión de Piqué o Puyol sería mortal y me sorprende que el míster no ponga remedio. A no ser que sea otra fanfarronada como la del fichaje de Ibrahimovic.
El Barça y el Madrid están bien arropados. Los dos solitos, como nos enseña la Iglesia románica de Vizcaínos. Al resto de equipos se les verá las vergüenzas. Alguna tarde, puede que con harto escándalo de los espectadores...