sábado, 25 de enero de 2014

Evidencias

El capitán Gómez, Martínez Laredo, Nozal
 (“.. yo voto a Fuerza Nueva”, dijo a los de Interviú),
 Romero, Juanito y Adzic celebrando el ascenso

Francisco Javier Gómez Izquierdo

 Creo no desvariar si afirmo que ha de sorprender más el precio que se dijo de Neymar en el verano, que estas evidencias invernales que han guillotinado a Rossell. Que este hombre mentía en julio con insolencia beatífica era más evidencia que insulto a la inteligencia, y conociendo un mínimo como se las gastan los amos de los derechos de los futbolistas del Brasil, la verdad podría no saberse nunca... pero los cincuenta millones era una falsedad más grande que un océano.
    
Al aficionado ya le da igual lo que se paga por fulanito. Se comenta en la tasca que si tanto por Bale, que si por Cristiano al final no es tanto, que lo de Kaká fue un timo, que Chigrinsky, ¿a quién se le ocurrió?, y que lo de Ibrahimovic no se comprende... pero en realidad, al personal le da igual.  En lo de los dineros por un jugador a mi me enfadó mucho que Juanito fichara por el Real Madrid y se arruinara el Burgos, argumentando el presidente Martínez Laredo que con el traspaso se compró el mejor autobús de Primera División. Martínez Laredo hizo méritos para presidir a los blancos con aquella ganga, sin tener en cuenta los intereses del Burgos, que hubiera recibido 100 millones de pesetas del presidente Núñez. Luego vendió a Manzanedo, Cabral, Navajas, López, Portugal... y todo era vender caro lo que fue barato... pero el Burgos desapareció. Desde entonces estoy convencido de que en los traspasos futbolísticos hay mucho timo.
       
Sospecho siempre de cualquier fichaje, pero el de Neymar sonaba escandaloso, si tenemos en cuenta lo que mareó la perdiz Florentino Pérez, que llegó a afirmar que el precio se disparaba a más de 150 millones. En mis desafortunadas consideraciones siempre creí que Neymar no era necesario para el Barça, teniendo en cuenta que Deulofeu -esperemos que no se malogre en Inglaterra- y Tello venían empujando con harta brillantez, pero el señor Rossell tiene su particular El Dorado y despreció el producto catalán en favor de un elemento de incuestionable calidad a precio prohibitivo. Que se tiene el gusto de pagar... pues que se pague. Lo que no es de recibo es ese disimulo de facturas que tanta culpa enseña y tanto trápala esconde.

       Vuelve el Barça a su peculiar autodestrucción y también me empieza ya a dar igual. Me importa el misterio de Hacienda. Esa falta de control de al menos cuarenta millones que uno es incapaz de entender cómo se pueden escaquear. Me quedo en 2ª división, donde también hay muchas cosas raras, pero al menos tenemos emoción y cualquiera puede con cualquiera. Entre el primero, Spórting, y el descenso, Tenerife, sólo hay 9 puntos. ¡Veinte equipos en nueve puntos!