sábado, 28 de diciembre de 2013

Chabelita

 
Colunga, Asturias
 
 
Beatriz Manjón
Abc

Aunque para Marsé arrepentirse de algo es modificar el pasado, ya es tarde para pensar por qué [Pantoja] no se limitó a hacerse una foto en el Machu Picchu o cómo no le hizo escuchar a su hija «Amo a Laura» en vez de «Quítate el top».

EMPATÍA. Muéstrese empático. Recuerde cuando estuvo usted cegado por Cupido: «perdona si te hago llorar, perdona si te hago sufrir, pero es que no está en mis manos, me he enamorado…».

TACTO. Si sospecha que el novio de su hija le es infiel, insinúeselo sutilmente. Prepárele una sesión de tarde con Bambi, el polígrafo de Rosa Benito y todos los documentales que encuentre sobre toros Watusi.

NO AL EMEMIGO. Deje de maquinar planes contra el embarazador de su hija mientras ve «Mil Maneras de Morir». Fomente la convivencia en su hogar del chico con su hija, pues decía Ramón y Cajal que la mayoría de las veces nos amamos porque nos ignoramos, ergo nos odiamos cuando nos conocemos.

SAN REALITY. También puede animar a su futuro yerno a presentarse a «Supervivientes», «Gran Hermano», o cualquier otro reality show, que es el rompe parejas más efectivo después del Whatsapp.
 
SALIDA MUSICAL. Si a su hija le va la farándula, propóngale formar un grupo y ensayar en casa. Dicen que la música amansa a las fieras. Piense en «Rebelde Way» o incluso en «Santa Justa Klan». Mejor no piense en Gloria Trevi, Miley Ciryus o Justin Bieber.
 
CONSUELO. Podría haber sido peor, podría ser su hija Mary Tilford o Dana Brody. Podría haberse quedado embarazada del hijo de Ortega Cano, o enamorarse de un alcalde malversador, con querencia por el pantalón de tiro alto, las bolsas de basura y el bigote.