sábado, 21 de diciembre de 2013

Hospital ayer, hoy garito

Aquí, y en brazos de don Eliseo Morán, murió Paquirri

Francisco Javier Gómez Izquierdo

 Me es incomprensible la fórmula política que convirtió el hospital militar de Córdoba en patrimonio histórico  de la ugeté. No entiendo cómo un edificio hecho para los militares heridos y enfermos de España es hoy propiedad del sindicato de los socialistas, pero los misterios de la democracia española serán algún día resueltos por valientes investigadores que así como en Atapuerca han encontrado el fémur de un individuo que andaba de pie, seguro que nos explican que no hubo reparto de  botín a partir de los 80, sino generosos ejercicios de responsabilidad en pro de la paz social, o algo parecido.
      
El caso es que ayer, viernes, llegó la  Guardia Civil al hospital en el que murió Paquirri.  No se presentó como escolta de ambulancia de los Pedroches, sino por orden de un juez a llevarse muchos papeles. Particularmente no creo que Su Señoría encuentra facturas y justificantes comprometidos, por ser el edifico sede moderna del sindicato al que acuden los liberados a diseñar estrategias para seguir viviendo del cuento.

       El antiguo hospital, hoy palacete sindical, cae a 300 metros de mi casa y desde su adecentación he visto mucho entrar y salir de gente ociosa, de representantes de los trabajadores de la Administración -su dominio andaluz- de esos que montan un “pollo” en la Mesa de Diputación por no tener plaza de aparcamiento como cualquier diputado, cuando cada mes se juntan en un salón del Palacio de la Merced a discutir moscosos, días y horas sindicales, almuerzos y descuentos en los viajes:

     -Pero lo primero que hay que solucionar es la plaza de aparcamiento para los delegados sindicales.
 
     Todos sabemos que en determinados garitos hay mucho pájaro encerrado. Los jueces suelen enterarse tarde. Cuando los más listos han volado.