Hughes y Alfageme la tarde que llegaron al Café Gijón
Hughes
Abc
Estuve solo una vez en la redacción de La Gaceta. Fui con Bustos a saludar a Carlos Dávila, que por entonces dirigía el periódico y que me dejó una divertida sensación de no haberme leído nunca. Al paso me salieron algunos periodistas muy serios que me miraban con desconfianza. Luego fui sabiendo que no era nada personal, que eso era la mirada profesional. Recuerdo que allí dentro yo me preguntaba quién pagaba tanta infraestructura, de dónde salía el dinero para tanto pupitre y tanto ordenador. Es algo que me pregunto constantemente, sobre todo en Madrid. Por eso me extrañó siempre la sorpresa posterior, porque todas las burbujas requieren la fingida inocencia, una cooperante credulidad.
También me pregunté siempre si había derechas para tanto papel. Lo de La Gaceta era una derecha reactiva, yerta y cruciforme que con la crisis empezó a hacerse marginal y convulsiva, como todo lo hambriento.
También me pregunté siempre si había derechas para tanto papel. Lo de La Gaceta era una derecha reactiva, yerta y cruciforme que con la crisis empezó a hacerse marginal y convulsiva, como todo lo hambriento.
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