Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En virtud de una veda abierta por Zapatero, la casta comunista del Ayuntamiento de Madrid quiere quitarle una calle, “por franquista”, a Bernabéu, aunque, en atención a que una de aquellas chiquillas de Zapatero que emocionaron a Spielberg yendo a la Casa Blanca vestidas de Marilyn Manson está colocada en el Real Madrid, podría ser… “indultado”.
–La memoria es uno de los diez pecados capitales de los españoles –dejó Bernabéu a Martín Semprún.
La indignidad de la ley de memoria (selectiva) de Zapatero no es la indignidad de Zapatero: es la indignidad de España.
La gran mentira del antifranquismo que nunca existió pasa por que en España no haya hoy nadie de derechas, y el mantenimiento de la trola exige performances como estas “sacas” municipales en el callejero de Madrid (el “Madrid de corte a checa” de Foxá, que nunca perdonó a los comunistas haberse tenido que hacer falangista) organizadas por un comisario político que será del Atleti y se engorila con Bernabéu.
–Donde hoy se queman libros mañana se quemará a seres humanos –anunció Heine en 1821.
Donde hoy desaparecen calles mañana desaparecerán cabezas.
¿Bernabéu franquista? ¿Cómo se “chequea” algo que, cuando no está prohibido, es obligatorio? Bernabéu comprendió la monarquía en la boda de los Reyes en Atenas: “Grace Kelly iba muy mona, pero le faltaba algo que les sobraba a las demás mujeres”. Otro día expulsó del palco del Real Madrid a Millán Astray, que había besado a la esposa de un diplomático. Y “puso en valor” (gabachismo) las dos Españas de Machado: una, la tiesa como un algarrobo retorcido, que trabaja lo que puede y “jode lo mínimo”; y la otra, la de los langostinos, que vive de los demás (“se lo lleva muerto”) y jode a todo el mundo.
–España es como un bote lleno de agujeritos en el que unos cuantos meten la pajita para sorber. Siempre son los mismos.
Y el botarate político de Pablemos infamando la memoria del hombre que denunciaba a la castita… con Franco.