miércoles, 22 de julio de 2015

El Sepu



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Vuelve Pedro de la Preveyéndola a la primera de los periódicos. El arbitrista que va a acabar con la corrupción… “preveyéndola” acabará, en la misma tacada, con la pobreza. ¿Cómo?

¡Preveyéndola!

El Psoe es el Sepu de la socialdemocracia, y Pdr Snchz, ese empleado del mes que en las rebajas de julio va dando salida a lo que encuentra por los cajones. La pobreza es su nueva ganga, sacada de aquel artículo de Araquistáin en “El Sol” que da cobertura ideológica a todos los “asaeros” de vacas que son como la franquicia del partido.

Al hombre le repugna la pobreza, que oprime su personalidad y la de los suyos, como lo prueba el fracaso de todas las doctrinas ascéticas. Para alcanzar su plenitud, la vida exige un mínimo de comodidades materiales y espirituales, y todo el mundo tiene no sólo el derecho, sino el deber de lograrlas.
Camba bromeó en su día con esa moral socialista, y la venganza del jefe de planta del Sepu socialdemócrata es mandar a los berzas que tiene colocados en el Ayuntamiento a quitarle la calle al humorista gallego y dársela a El Chaparro, El Cojo de los Molletes, El Vinagre o El Ojo de Perdiz, que son como los “Hanna Barbera” de la izquierda que ha alcanzado su plenitud araquistainiana.

Del zopenco de Araquistain fue la zapaterada de definir a España como “una República de trabajadores” en la Constitución del 31, con lo que excluía de la existencia a los ricos, que para él no eran los del dinero, sino los que no fueran socialistas.

Llevadme a La Moncloa y en cuatro años acabo con la pobreza en España –dice la versión de Zp en plastilina.

Llevadme a la Fao y en cuatro años acabo con el hambre en el mundo –dijo, cuando lo suyo, Moratinos, políticamente un gedeón tan implacable que parecía infalible.

Pedro de la Preveyéndola sólo tiene un problema con su “ingreso mínimo vital”: para socorrer a todos esos pobres, primero va a tener que crearlos, y aquí es donde entra Pablemos.

Juanito Alcázar… y Pedrín.