Toma el dinero y corre
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Chaves, el de la cara de escudo del Barça, y Griñán, llamado José Antonio por el Ausente, son citados por el Supremo como “imputados”, y ellos contestan que no, que irán al Supremo, pero como van los trasnochadores al “after” del tanatorio, porque es el único bar abierto.
¡Y a estos quería el pobre Albert Rivera enseñarles a pescar!
La verdad es que al Supremo sólo se puede ir con tarjetón de imputado, de testigo o de perito. Revolver las invitaciones para volver locos a los porteros (y a las porteras) es un truco de abogado laboralista a lo Gonzalón, que siendo presidente del gobierno fue al Supremo con pase de testigo y un juez peronista que ahora es abogado fiscal de Messi le administró la extrema unción de los estigmas.
A Gonzalón no se le tocaba con la cal del Gal porque con una piel tan fina le podían salir estigmas.
Gonzalón sigue siendo la Reina de Corazones en el País de las Maravillas, y tiene por sucesora en el cargo a Susana Díaz, la Merkel de Triana. De Cantinflas a Morena Clara.
Gonzalón dice tener el propósito de “empoderar a los ciudadanos” (sic), y lo explica en un artículo de fondo en el periódico global que constituye una broma cantinflesca de filosofía política, y todo por darle un moquete a Tomás Gómez, que a ése sí que hay que enseñarle a pescar.
Gonzalón no lee nada, ni siquiera el periódico global, y su bagaje cultural es oral. Arrimando la oreja a Strauus-Kahn pilló lo de “gobernanza”, y de los círculos latinochés que también frecuenta se vino con “empoderamiento”, espejuelos que luego él canjea por artículos de fondo que le proporcionan ese prestigio que cotiza en los salones del postureo.
–Gobernanza es que se coge una vaca y se la asa.
–¿Y empoderamiento?
–Que te impute el Supremo y te la refanfifle.
Chaves y Griñán discutiendo en la ventanilla del Supremo por la ortografía de “imputación” como Woody Allen en la ventanilla del Banco (“Toma el dinero y corre”) por la ortografía de “atraco”.