-De repente, las
cámaras han cambiado de objetivo. Italia ha dejado de ser el malo de la
película: ahora es España. Nuestra prima de riesgo se dispara y cada
anuncio de un nuevo recorte y un nuevo apretón de cinturón para los
españoles por parte del Gobierno Rajoy no trae un periodo de
tranquilidad sino, por el contrario, una pléyade de analistas
financieros que exigen más y más, mientras se derrumba el valor de las
empresas españolas en bolsa y se exige al país que pague más intereses
por su deuda para evitar que logre sacar la cabeza del agua. Exactamente
igual que ocurrió con Irlanda, Portugal y, sobre todo, con Grecia, lo
que ha supuesto la ruina para los griegos y un negocio espléndido para
los intermediarios financieros.