jueves, 12 de abril de 2012

12 de abril (Felicidades)

Felicitaciones de infantil

Francisco Javier Gómez Izquierdo

 Tengo entendido que andaba Madrid inquieto ante un partido de fútbol  que lleva demasiados años resolviéndose a la tremenda. Llegó Simeone al Calderón con una especie de certificado de confianza más que de calidad  y el mundo atlético ha llegado a creer que el fútbol se reduce a casta y “güevos”, pero la testosterona no impide hacer milagros al enemigo con el empeine, como los hace Cristiano, ni mejora el rendimiento de futbolistas incapacitados para la concentración. 

        La fiabilidad de la zaga colchonera deja mucho que desear, con un Courtois que no pasa de aseado, por muchos litros de agua bendita que se gasten para bautizarlo, y con dos centrales que te aseguran un regalo sorpresa por encuentro. Juanfran, un lateral que no lo es, se ha convertido en lo mejor del Atleti junto al delantero Adrián y al jugón Diego.  De Falcao se han de aprovechar las rachas que son propias en el oficio de ariete, y el Atlético ya no es más. Poca cosa para estar entre los elegidos. En Europa le tienen mal estudiado y es lo que le está dando prestigio, pero en la liga doméstica no ha habido partido que gane con holgura. 

      La victoria del Madrid era más que previsible y los Mortirolos merengues se reducen a dos (salvo sorpresa, que  fútbol es fútbol): San Mamés y el Nou Camp. Un ejercicio de autoridad sería ganar en Barcelona y enterrar las más que seguras justificaciones y supuestos agravios que desencadenaría otro triunfo azulgrana, y en eso ha de perseverar Mourinho.

     Entre medias toca el Bayern, esa extravagancia de la que bebió no se cuándo ni cómo y de la que es fiel seguidor el que hoy, día 12 de abril, deja de ser mi tierno infante y pasa a la categoría de mayor de edad. Me ha traído un papel en el que dice que tiene libertad para salir del colegio “a la hora del recreo”... supongo.

      Resumiendo... El fútbol europeo hoy, se reduce a Real Madrid y Barcelona, por mucho que pese a nuestros hijos.

En Cádiz con los “tocapelotas”