El Bernabéu, en la tarde de la Real
Manuel Jabois
Un día Mourinho no estará y su silencio correrá a traducirlo Boyero con muchos adjetivos, algunos aceptados por la RAE. Se irá y seremos millones, como en Londres y Milán, donde cada miércoles se oye el aullido de un cordero sacrificado por los hinchas con un gurú de periodistas, a lo lejos, gritando hosanna. Callará Mou desde Inglaterra y tendremos que subir a Coruña para poner el oído y escuchar cómo castiga con su indiferencia el cotilleo inglés; por allí probablemente ande Carlin pidiéndole otra vez que entrene al Barça. "El peor sentimiento que puede anidar en un hombre es la indefensión", dice el psiquiatra Jambrina, "y el gran mérito de Mou es haber enseñado a ponerse en pie a los indefensos".
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Un día Mourinho no estará y su silencio correrá a traducirlo Boyero con muchos adjetivos, algunos aceptados por la RAE. Se irá y seremos millones, como en Londres y Milán, donde cada miércoles se oye el aullido de un cordero sacrificado por los hinchas con un gurú de periodistas, a lo lejos, gritando hosanna. Callará Mou desde Inglaterra y tendremos que subir a Coruña para poner el oído y escuchar cómo castiga con su indiferencia el cotilleo inglés; por allí probablemente ande Carlin pidiéndole otra vez que entrene al Barça. "El peor sentimiento que puede anidar en un hombre es la indefensión", dice el psiquiatra Jambrina, "y el gran mérito de Mou es haber enseñado a ponerse en pie a los indefensos".
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