Afortunadamente, puedo confesar cómo gané mi primera peseta, querido Gómez Hidalgo. Seguramente no podrán hacer lo mismo algunos políticos de los que nos gastamos por aquí.
Fue en una reunmión familiar. Yo tenía muy pocos años y muy pocas carnes. Sin embargo, decían que era monísima y que bailaba con una sosería ideal. No sé.
Los invitados quisieron comprobar mis encantos, y yo bailé; se entusiasmaron mucho, y una persona de las más prácticas me regaló una peseta. Ésta es la primera que he ganado con mi arte.
La conservo como una reliquia, rodeada de brillantes, y no la cambiaría por un millón de ellas.
No quiero terminar sin hacer una confidencia: lo que a mí verdaderamente me inquieta es cómo, cuándo y dónde ganaré la última peseta.
CÓMO Y CUÁNDO GANÓ USTED LA PRIMERA PESETA? / F. GÓMEZ HIDALGO