Manuel Bueno
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Todos al bar, que viene la primavera.
Los viejos celebran la Pepa con un cochinillo y los jóvenes celebran la primavera con un botellón.
Sabios de California han descubierto que las moscas se dan al alcohol a falta de amor (cuando no logran aparearse), así que también podemos decir que los jóvenes se dan al alcohol a falta de guerra, cosa ya observada por Horacio a raíz de la campaña de Numidia, cuando, fatigada de Marte, la juventud romana se entrega a pata suelta a Baco.
–¿Que estamos en un período de paganismo? –se pregunta aquí Manuel Bueno en el 29–. Bueno, ¿y qué?
Famoso por mancar a Valle-Inclán, Manuel Bueno es un escritor de ABC tan fino que cuando el Frente Popular se lo lleva para asesinarlo pide a los milicianos permiso para vestirse bien y dice: “¡Vais a ver cómo muere un caballero!”
Bueno sabe que lo que nos permite soportar la comedia de la existencia son los entreactos de silencio que interrumpen la acción, pero no rabia contra el ruido de la juventud.
–Esta juventud morigerada por los deportes, que da poco de su corazón y menos de su dinero a la mujer, y estas niñas que flirtean hasta con la estatua del teniente Rey, son tan irresponsables de lo que hacen como los termómetros de las temperaturas que marcan.
Al saludar a la primavera, antes se hablaba de amores y ahora se habla de “cuajes”.
–Vamos a la Dehesa de la Villa a cuajarnos –dicen las nenazas de Serrano.
Bebemos porque tenemos cerca la bebida, dijo Jack London, que no imaginaba lo cerca que quedaría un día Serrano de la Dehesa de la Villa.
Cuajarse en la Puerta de Alcalá