Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Día de Difuntos y… sin Tenorio.
Estar sin Tenorio es estar sin teatro, que decae cuando decae el sentido religioso, y “donde no hay Dios, hay fantasmas”: los montajes para Gallardón de Mario Gas (sobrino, por cierto, de un gran Tenorio: Mario Cabré) son al teatro lo que la música militar es a la música.
–¿Pero es que no van a hacer académico a José Luis Gómez?
Hombre, Academia y Gobierno son las instituciones en que todo el mundo, si quiere, puede entrar. Conozco a José Luis Gómez de verlo dos veces: una, haciendo de Pascual Duarte en el cine; y la otra, comiendo setas “de la parte Riaño” en el bar de Gonzalo en Argüelles. Si ahora lo hacen académico, será inmortal, mas no divino.
A cambio de Don Juan Tenorio (que podría ser burgalés de Trespadierne y llamarse don Juan de Valdivielso) Madrid nos ofrece “Espinete no existe” o “Purgatorio”, para enseñarnos a perdonar incluso a los etarras lombrosianos.
No siempre la cultura municipal fue así.
Tierno predicó que el donjuanismo es la parusía de la vida como los toros (dicho sea en el día mundial del veganismo) son la parusía de la muerte: la presencia de la muerte, la espera de la muerte, el advenimiento de la muerte.
–El único acontecimiento en que la muerte es por sí misma espectáculo son los toros.
Don Juan burla a las mujeres; el torero, al toro. Don Juan juega con el amor; el torero, con la muerte. Porque la gran belleza trágica no nace de preocupaciones artísticas, sino de angustias religiosas.
El drama de Don Juan, nos dice Tierno, es teológico, y más grave que la insumisión de Caín: el olvido de Dios. Pues, si fuera posible su olvido, la divinidad se esfumaría.
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Abc
Día de Difuntos y… sin Tenorio.
Estar sin Tenorio es estar sin teatro, que decae cuando decae el sentido religioso, y “donde no hay Dios, hay fantasmas”: los montajes para Gallardón de Mario Gas (sobrino, por cierto, de un gran Tenorio: Mario Cabré) son al teatro lo que la música militar es a la música.
–¿Pero es que no van a hacer académico a José Luis Gómez?
Hombre, Academia y Gobierno son las instituciones en que todo el mundo, si quiere, puede entrar. Conozco a José Luis Gómez de verlo dos veces: una, haciendo de Pascual Duarte en el cine; y la otra, comiendo setas “de la parte Riaño” en el bar de Gonzalo en Argüelles. Si ahora lo hacen académico, será inmortal, mas no divino.
A cambio de Don Juan Tenorio (que podría ser burgalés de Trespadierne y llamarse don Juan de Valdivielso) Madrid nos ofrece “Espinete no existe” o “Purgatorio”, para enseñarnos a perdonar incluso a los etarras lombrosianos.
No siempre la cultura municipal fue así.
Tierno predicó que el donjuanismo es la parusía de la vida como los toros (dicho sea en el día mundial del veganismo) son la parusía de la muerte: la presencia de la muerte, la espera de la muerte, el advenimiento de la muerte.
–El único acontecimiento en que la muerte es por sí misma espectáculo son los toros.
Don Juan burla a las mujeres; el torero, al toro. Don Juan juega con el amor; el torero, con la muerte. Porque la gran belleza trágica no nace de preocupaciones artísticas, sino de angustias religiosas.
El drama de Don Juan, nos dice Tierno, es teológico, y más grave que la insumisión de Caín: el olvido de Dios. Pues, si fuera posible su olvido, la divinidad se esfumaría.
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