miércoles, 12 de octubre de 2011

Miércoles, 12 de octubre

UN MILAGRO EN ZARAGOZA

-Yo toreé muy bien un toro en una feria de Zaragoza, que no sé cómo la maté. Era enorme de peso. Me colocaba delante de él y le llegaba yo al pecho. Por mucho que me hubiera estirado no hubiera pasado el estoque por encima de los cuernos. ¿Qué hacer? Mientras lo pensaba, el toro, que entraba muy bien, corría dócilmente tras la muleta. ¡Malas cuentas me tiraba yo! De pronto se agachó el monstruo y agachó el cuelo oliendo la tierra. No perdí el tiempo. Me dispuse a matar, con la fortuna que el toro, al embestir, se clavó por sí mismo el estoque y lo "descordé". Un milagro. Si no, todavía estaríamos corriendo.
Rafael el Gallo

Ignacio Ruiz Quintano