A rebufo de la snuff movie o capítulo de Los Soprano que nos han servido los rebeldes libios en complicidad con la OTAN –¿para qué queremos tribunales si tenemos palos de escoba?–, comparecía ayer la ministra de Defensa para informar de la participación de España en la guerra, perdón, en la operación de exclusión aérea desarrollada en Libia, un desierto que sí logró prender en los pechos de paloma del zapaterismo la quemazón depredadora de los gavilanes de la OTAN, de entrada sí. Nos echaron la peli una mañana en el Congreso, titulable De Bambi a X-Men.
Una comparecencia en el Ministerio de Defensa siempre es noticia porque no hay área informativa más opaca en el periodismo y porque, dentro de la opacidad inherente al ramo, Carme Chacón ha estrangulado sencillamente hasta el cuentagotas. Uno pasó haciendo Defensa el tiempo suficiente para mandar un indeterminado número de mails sin respuesta y para hacerse amiguete de un teniente coronel que ahora es un jefazo de Inteligencia, a ver si le llamo y me enseña a hacer quinielas.
Seguir leyendo: Click