Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Con Rubalcaba de buldero de la honestidad batueca (frente a la honradez, que se ocupa de las cosas de cintura para arriba, la honestidad, que se ocupa de las cosas de cintura para abajo), la noticia política de Madrid es la inclusión de Gallardón en las listas marianas para el Congreso, que ganará a un gran tribuno de la plebe, cosa que en Roma dio mucho juego literario al latín, lengua sustituida en nuestros institutos por el inglés, aunque, por culpa de las actuales huelgas krausistas, el inglés de los alumnos madrileños cada día se parezca más al latín de la puericia romana. El krausismo español (tampoco hay otro) consiste en sustituir la misa dominical por la excursión a la sierra, es decir, al Retiro, donde el profesorado krausista celebra la fiesta de la escuela pública. No me gusta el Retiro, tan al gusto de krausistas y ciclistas, pero, si paso por allí, me río con el recuerdo del “Brindis del Retiro” de Menéndez y Pelayo, que, delante de los sabios europeos convocados con ocasión del centenario de Calderón de la Barca, levantó su copa nada más y nada menos que por el Santo Tribunal de la Inquisición. Ahora, en mangas de camiseta verde, el profesorado de la sociedad más analfabeta que se recuerde baila la danza del krausismo que Julio Camba incluyó en la barraca española .Pasemos, dice Camba, a contemplar las prodigiosas criaturas y los fenómenos nunca vistos de nuestra gran barraca republicana… Hay juegos de magia e ilusión, equilibrios en la cuerda floja, volatines, levantamientos de pesas falsas, tiro al blanco con pistolas ametralladoras, lecturas del porvenir, el pasado y el presente, mujeres barbudas, y, para que nada falte, hay también una cámara de los horrores, en donde se le ponen los pelos de punta al más pintado… Pasen y podrán examinar las más flamantes novedades del país de los lapones o ver a los últimos supervivientes del krausismo marcándose un zapateado a los acordes del Himno de Riego...
Seguir leyendo: Click