SAN ISIDRO
El fantasma del torillo Idílico recorre las plazuelas de España. Los revistosos del puchero afirman haberlo visto en Jerez, femeninamente acunado (¡ah, la mano que mece la cuna!) por Manzanares, ese Rodin de los pobres. Y en Madrid corre la voz de que uno de los bueyes que le hacen la siesta a San Isidro también se da un aire a Idílico. En realidad, de Idílico comen todos. Y a la tauromaquia que le vayan dando.
Ignacio Ruiz Quintano
El fantasma del torillo Idílico recorre las plazuelas de España. Los revistosos del puchero afirman haberlo visto en Jerez, femeninamente acunado (¡ah, la mano que mece la cuna!) por Manzanares, ese Rodin de los pobres. Y en Madrid corre la voz de que uno de los bueyes que le hacen la siesta a San Isidro también se da un aire a Idílico. En realidad, de Idílico comen todos. Y a la tauromaquia que le vayan dando.
Ignacio Ruiz Quintano