Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Para un amigo taurino que odia al fútbol y que dudaba de que el Barça cortara la Orejona: no se trataba de que el Madrid perdiera la Décima, sino de que el Barça ganara la Cuarta. Mi amigo supone que el fútbol es como los toros, que para que las figuras corten orejas hay que arreglarlos.
Estamos, pues, donde estábamos: Red Bull le moja la oreja a Ferrari, pero eso no cambia la Historia. Además, con la victoria del Barça sobre un Manchester que en España jugaría la Liga del Valencia, el Madrid se evita otra sanción de la Uefa a Mourinho, el mercenario, quien al ser amigo de Ferguson habría incurrido en conducta antipatriótica. La Uefa ya ha tenido la humorada de sustituir en el once de la Champion a Cristiano por Raúl, al que siempre despreció en vida, y la compensación es la inclusión de Marcelo, por aquello del “mucho morro” que le dijo Busquets tapándose la boca.
El caso es que, si el fracaso siempre es huérfano, la victoria de Wembley tiene varios padres: Van Persie, Stark, Pepe, De Bleeckere… y por supuesto, Guardiola, el filántropo, como dice la prensa.
–La capacidad crítica de los periodistas norteamericanos se ejerce exclusivamente con relación a su propio gobierno –observó Revel en los 80–. Mientras no creen nada de lo que les dice la Casa Blanca, se creen todo lo que se les dice en Luanda o en Maputo.
Aquí, el Barça tiene a la prensa (eso sí lo envidia Mourinho) y tiene al Sindicato de las Musas, gritones como los gansos del Capitolio con el despido de Valdano.
¡Si hubiéramos sabido que los valores madridistas eran el palique de Valdano!
Eso nos vienen ahora a decir Galeano, Crucito, Menotti, Calderón de la Barça… y hasta un ex director de “Babelia” que asegura que Mourinho “ha disfrutado con el regodeo de ver a una persona sola en medio del silencio”, hallazgo que ya hubiera querido Shakespeare para su “Timón de Atenas”.
–¿Qué queda de las Copas de Mourinho? –pregunta, a modo de acertijo, Menotti, dado que él prefiere las de Guardiola.
¿Lo mismo que queda de la Copa de Videla en el 78, que debió ganar Holanda?
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Abc
Para un amigo taurino que odia al fútbol y que dudaba de que el Barça cortara la Orejona: no se trataba de que el Madrid perdiera la Décima, sino de que el Barça ganara la Cuarta. Mi amigo supone que el fútbol es como los toros, que para que las figuras corten orejas hay que arreglarlos.
Estamos, pues, donde estábamos: Red Bull le moja la oreja a Ferrari, pero eso no cambia la Historia. Además, con la victoria del Barça sobre un Manchester que en España jugaría la Liga del Valencia, el Madrid se evita otra sanción de la Uefa a Mourinho, el mercenario, quien al ser amigo de Ferguson habría incurrido en conducta antipatriótica. La Uefa ya ha tenido la humorada de sustituir en el once de la Champion a Cristiano por Raúl, al que siempre despreció en vida, y la compensación es la inclusión de Marcelo, por aquello del “mucho morro” que le dijo Busquets tapándose la boca.
El caso es que, si el fracaso siempre es huérfano, la victoria de Wembley tiene varios padres: Van Persie, Stark, Pepe, De Bleeckere… y por supuesto, Guardiola, el filántropo, como dice la prensa.
–La capacidad crítica de los periodistas norteamericanos se ejerce exclusivamente con relación a su propio gobierno –observó Revel en los 80–. Mientras no creen nada de lo que les dice la Casa Blanca, se creen todo lo que se les dice en Luanda o en Maputo.
Aquí, el Barça tiene a la prensa (eso sí lo envidia Mourinho) y tiene al Sindicato de las Musas, gritones como los gansos del Capitolio con el despido de Valdano.
¡Si hubiéramos sabido que los valores madridistas eran el palique de Valdano!
Eso nos vienen ahora a decir Galeano, Crucito, Menotti, Calderón de la Barça… y hasta un ex director de “Babelia” que asegura que Mourinho “ha disfrutado con el regodeo de ver a una persona sola en medio del silencio”, hallazgo que ya hubiera querido Shakespeare para su “Timón de Atenas”.
–¿Qué queda de las Copas de Mourinho? –pregunta, a modo de acertijo, Menotti, dado que él prefiere las de Guardiola.
¿Lo mismo que queda de la Copa de Videla en el 78, que debió ganar Holanda?
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¿MERCENARIO O FILÁNTROPO?
Guardiola, el vencedor de Wembley, es filántropo, o sea, que entrena por amor, mientras que Mourinho, el traductor de Setúbal, es mercenario, o sea, que entrena por dinero. Así lo ha dictaminado esta semana el mundo de la cultura, indignado porque el Madrid, a imitación del Barcelona, ha optado por darle todo el poder deportivo al entrenador, que es portugués, católico practicante y receptor de los elogios de Esperanza Aguirre. Otro Hitler, vamos. ¿Hemos de entender que el Barcelona fichó a Chigrinsky por amor, y el Madrid, para el mismo puesto, a Carvalho por dinero?
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Guardiola, el vencedor de Wembley, es filántropo, o sea, que entrena por amor, mientras que Mourinho, el traductor de Setúbal, es mercenario, o sea, que entrena por dinero. Así lo ha dictaminado esta semana el mundo de la cultura, indignado porque el Madrid, a imitación del Barcelona, ha optado por darle todo el poder deportivo al entrenador, que es portugués, católico practicante y receptor de los elogios de Esperanza Aguirre. Otro Hitler, vamos. ¿Hemos de entender que el Barcelona fichó a Chigrinsky por amor, y el Madrid, para el mismo puesto, a Carvalho por dinero?
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