Nietzsche
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Es verdad que Nietzsche, el loco que no podía soportar a esa opinión pública que se alimenta de “juiciosos” periódicos, se abrazó a un caballo, cuando el hábito de los filósofos es abrazarse al poder, pero nos regaló la mejor descripción del Estado (“El Estado miente en todos los idiomas…de modo que lo que dice lo miente… y lo que posee, lo ha robado: en él todo es falso”, para los papafritas que ponen voz de odre para decir “hombre de Estado” o “pacto de Estado”) y dos profecías con aire de autocumplidas: las dos guerras mundiales del siglo XX y un siglo XXI aún más salvaje por la “transvaloración de los valores”: ¡el eclipse total de todos los valores! Y eso incluye los bursátiles, si damos crédito a la promesa electoral de una piñata de veinte mil euros del Estado para la mayoría de edad de sus súbditos en concepto de Herencia Universal.¿Quiénes lo pagarán?
–Los millonarios –contesta Milhouse Van Houten, el del “núcleo irradiador” y la beca black, que es quien hace los números de lo que en este infausto Estado de Partidos funge de izquierda española.
¿Los millonarios? En España llaman millonario a cualquier mindundi con nómina del Estado. Pero los millonarios de verdad, Milhouse, no ponen, sino que se llevan, y el ciento por uno. Una simple guerra o una mísera pandemia (destruir para reconstruir) les basta para, vía gobiernos, hacer el trasvase del dinero de los Muchos a los bolsillos de los Pocos, y el mismísimo Romero Robledo hubiera rechazado, por pudor, la estafa electoral de la Herencia Universal.
–Cuanto más se mira hoy hacia la izquierda, más conceptos reaccionarios devuelve la mirada.
Eso decía, no hace mucho, el ceñudo filósofo alemán Peter Sloterdijk en su homenaje a los Milhouses que tituló “Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana” sobre la idea de que, si uno es rico y socialdemócrata, lo natural es venderlo todo y donar la ganancia a la democracia, que para él es el Estado. Cree que la socialdemocracia tradicional está por los suelos, dado que desde el punto de vista social no consigue encontrar ninguna idea nueva:
–No ha aprendido a integrar en su lenguaje el campo semántico de la generosidad ni a conjugar los verbos del dar. En la vieja insatisfacción se sigue moviendo como pez en el agua, pero en el suelo de las virtudes donantes cojea como “partido de la gente humilde”.
La Herencia Universal supone una idea del dinero como la de Max Stirner: lo que hace del dinero una potencia burguesa es que se le corteja como a una joven soltera, pero nadie se casa con él. El indigente que tiene la suerte de llevársela, introduce a la joven en su familia, que es “la Sociedad”, y ella desaparece. En su casa no es ya la novia, sino la mujer, y con su virginidad se va su nombre: la joven soltera se llamaba “Dinero”, hoy se llama “Trabajo”, porque “Trabajo” es el nombre del marido.
–El hijo de Trabajo y Dinero es de nuevo una niña célibe, es decir, Dinero.
[Viernes, 7 de Julio]