Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La propaganda presenta el Estado Autonómico como una construcción jurídica extraída del Derecho romano, y algunos propagandistas hasta imitan al Von Ihering que explica la misión peculiar de Roma en la historia universal:
–La historia de Roma comienza por una victoria sobre su propia
nacionalidad y cuando llega a su cima tiene a sus pies, rotos y
pulverizados, los pueblos de su época.
Nos venden que lo peculiar de España es “el autonomismo”. Pero el Estado
Autonómico viene a tener el mismo origen chusco que el consejillo de
subsecretarios previo al consejo de ministros.
En el primer gobierno de Suárez, el del aeropuerto, un empeño de Abril, ministro de agricultura, era subvencionar la pera limonera, contra la opinión de Lladó, ministro de comercio. Así un consejo y otro consejo, hasta que el vicepresidente del gobierno, general De Santiago, preguntó, con resolución castrense, si se iban a pasar los consejos discutiendo de la pera limonera, con la de cosas serias que había por discutirse. Y nació el consejillo de subsecretarios, a modo de cedazo para los asuntos del consejo de ministros.
En el primer gobierno de Suárez, el del aeropuerto, un empeño de Abril, ministro de agricultura, era subvencionar la pera limonera, contra la opinión de Lladó, ministro de comercio. Así un consejo y otro consejo, hasta que el vicepresidente del gobierno, general De Santiago, preguntó, con resolución castrense, si se iban a pasar los consejos discutiendo de la pera limonera, con la de cosas serias que había por discutirse. Y nació el consejillo de subsecretarios, a modo de cedazo para los asuntos del consejo de ministros.
En el 76 teníamos un Estado centralista de doscientos años y, con la
cosa del pactismo, la idea era poner un piso a las “autonomías
históricas” (?), Cataluña, Vasconia… y Galicia. Entonces un andaluz del
Psoe propuso en la Junta Democrática un Estado Autonómico como agencia
de colocación para la militancia de provincias.
–Coge un papel y mira a ver cuántas autonomías nos salen –diría luego Suárez a uno de sus arbitristas.
Aquí la pera limonera fue el “café para todos”, el reparto de la túnica de Cristo
pasada por los sastres chinos que compiten con el Triángulo de la Moda
de Tirso de Molina. Retales de una piel de toro que en realidad es de
conejo (“Leoporum generis sunt et quos Hispania cuniculos appellant”) y
que ha exacerbado a los supremacistas catalanes.
Así que menos lobos autonomistas, queridos pollos peras, jurisperitos y demás peras limoneras de Ciudadanos.
[Publicado en Enero de 2019]