sábado, 8 de julio de 2023

Sí a la cancelación


 

Hughes

 

Hace unas semanas, el ministro de Justicia francés, Eric Dupont-Moretti, anunció la creación en cada juzgado de Francia de un centro para el tratamiento de «la violencia intrafamiliar». También anunció medidas como un brazalete 5G o una orden de protección de emergencia con el mismo objeto: tomar medidas contra la «violencia intrafamiliar». Exactamente dijo «violence intrafamiliale», que con permiso de nuestros afrancesados me atrevo a traducir como «violencia intrafamiliar».

Dupont-Moretti no es ningún facha. Es progresista y contrario a la extrema derecha, habiendo atacado duramente al Front National y a Rassemblement National.

Pero no sólo es él. Hay declaraciones del mismísimo Macron hablando de «violencia intrafamiliar» o «violencia conyugal». Incluso más: el plan oficial que varios parlamentarios han elaborado para presentar al gobierno con el objetivo de mejorar el tratamiento judicial de las víctimas se llama «Plan rouge VIF», siendo VIF Violencias Intrafamiliares.

Esto sucede en Francia mientras en España se justifica el cordón sanitario y la exclusión de Abascal y sus millones de votantes por hablar, precisamente, de violencia intrafamiliar.

(...)

A esto, que jeta más o jeta menos es el tinglado, hay que sumarle el subsistema del centroderecha, enroscado ahora en el tobillo retentivo de Borja Sémper: el centrismo macarra de Atresmedia, la COPE y los periódicos (ay) que participan en el consenso contra la violencia intrafamiliar que vale para Francia pero no para nosotros.

La campaña es atroz, y no ha empezado, pero hay que agradecerles que nos abran los ojos. Quizás la cancelación no esté tan mal, pero no de uno u otro: de todos. Soñemos con un ministerio que cancele toda la cultura oficial y deje los museos y los conservatorios. Con la amenaza expresa (¡y por supuesto fascista!) de que ni una palabra hablada o escrita más con cargo al presupuesto.

 

Leer en La Gaceta de la Iberosfera