lunes, 26 de septiembre de 2022

Córdoba para el ataque, y para defender, Burgos


 José Antonio Caro

 Youssi Diarrá con el Athletic

 

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo


        Las múltiples ocupaciones familiares aún no han permitido que vea al Córdoba en directo en esa Primera RFEF que reguló don Rubiales en su primera edición para ascender al Deportivo a Segunda y que el Albacete frustró para pasmo de un estadio Riazor engalanado para la ocasión. El Córdoba sigue como acabara la temporada anterior: ganando. 

El año pasado sólo perdió un partido en la 2ª RFEF, ante el Villanovense, lo que permitió ascender a falta de varias jornadas. El entrenador Germán Crespo, un señor de Granada que se ha curtido en la tercera división andaluza y que dejó el Lincoln Reds de Gibraltar cuando lo llamó el Córdoba, ha retocado para bien, muy poco el equipo y le ha dado por sorprender cada domingo con sus alineaciones en decisiones que a servidor le parecen sabias, pues todo el plantel entrena y se esfuerza con la certeza de que si no sale mañana estará listo para pasado-mañana. El caso es que los cinco partidos disputados se han saldado con cinco victorias y al rival mayor, supone servidor que el Depor por su plantilla e inclinación federativa, ya le han sisado puntos dos equipos vecinos, Pontevedra y Celta B. 

Juega bien el Córdoba, tiene momentos casi sublimes que destrozan defensas en cinco minutos de inspiración de tipos poco conocidos como Carracedo, Kike Márquez, Ximo o... Diarrá, uno de esos negros de aspecto enjuto a los que no se les escapa una y que no sé si nos ha dejado el Athletic, sí, el de Bilbao, o lo hemos fichado y que hace lo que debe hacer un mediocentro como Dios manda. Arriba tenemos superávit de delanteros con gol, Fuentes, Casas, Ledesma, Ximo, Sergio Benito... todos han marcado dando una media de tres goles por partido y es circunstancia que servidor aprovecha para sugerir que los dos clubes de sus amores lleguen a un acuerdo de colaboración y ascienda de categoría tal que una pareja y se plante en Burgos para dar lustre a una delantera que lleva dos goles, uno de ellos gracias a un penalty ante el Cartagena que los que estábamos en El Plantío no vimos. 

El VAR dijo que sí para que Luis Carrión, otro señor que fue jugador y entrenador del Córdoba, disculpara al colectivo arbitral porque era demasiado evidente que ni los colegiados saben ya lo que es penalty y lo que no. El otro gol lo marcó ante el Málaga, Artola, un delantero también del Athletic B, compañero de Diarrá, que jugaron juntos el último partido de la Segunda B, que no fue otro que el Bilbao Athletic-Burgos que decidió nuestro ascenso en Almendralejo.

El Burgos no mete goles, pero tampoco se los meten, y en tan insólito elogio del Cero ha entrado la estadística y el morbo sobre la imbatibilidad, esa virginidad del guardameta de la que ahora toca alardear a José Antonio Caro Díaz, un portero de la Palma de Condado, el pueblo de Miguel Pardeza y al que servidor vio hace varios años con mucho pelo empezar a curtirse en el Sevilla B. La plantilla del Burgos no creo que sea mejor que la del Córdoba. Los fenicios que andan en el negocio del fútbol sacarían mas vendiendo desde El Arcángel que desde El Plantío, y aunque lo que Julián Calero, el míster del Burgos, ha enseñado en defensa no hay maestro que lo iguale, creo que resultaría de poco beneficio colocar las piezas del muro por separado.

En fin, vuelvo a Córdoba y espero seguir asomado a Salmonetes... como solía, pero oigan, desde que me jubilé tengo mucho menos tiempo libre que cuando andaba amarrado al duro banco de la obligación diaria.