miércoles, 28 de septiembre de 2022

Ambición y talento de Kandinsky

 

 

La ambición de Kandinsky era superior a su talento (...)  Cambió la nacionalidad rusa por la alemana y ésta por la francesa (...) Pero el fraude Kandinsky no está en su biografía, que por inconsistente que fuera en nada debe afectar al análisis y valoración de su obra pictórica, sino en la prueba documental que él mismo prefabricó para hacerse pasar por el padre fundador de la completa abstracción. Me refiero, claro está, a la famosa acuarela sin título (49,6 por 64,8 cm), en el Museo Nacional de Arte Moderno de París, que dató falsamente en 1910, y al cuento de que descubrió el valor autónomo de las manchas de color en que se funda la pintura abstracta, ¡poniendo un cuadro suyo boca abajo!

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Los críticos que han hecho de Kandinsky el fundador de la «gran abstracción», han tenido que reconocer la falsedad de la fecha de la acuarela mencionada. La mayoría de ellos, para seguir dándole mayor mérito del que tiene, la sitúa en 1913. Pero ni siquiera esa fecha es posible. Los suaves colores (manchitas ocres y azules, separadas sobre fondo blanco) son incompatibles con la dureza de los vivos tonos «fauvistes» que dominan en toda su producción anterior a la guerra. Y si es cierto que la suavidad pastel aparece en la parte inferior de la «Improvisión Klamm» de 1914 (Museo de Lenbachhaus), también lo es que aquí hay un vivo abigarramiento de elementos reconocibles.

Antonio García-Trevijano