Hughes
Abc
En su proceso de adaptación al país, el pianista James Rhodes ha superado hoy una prueba definitiva: se ha hecho luchador antifascista. Ha confesado en un tuit dirigido a Santiago Abascal que le quiere pegar con una silla.
Ahora se dice siempre lo de “literalmente”. Así que, como no ha escrito “quiero golpearte con una silla literalmente”, entenderemos, con benevolencia y simpatía, que lo dice en sentido figurado.
Pero el tuit ahí queda.
Rhodes ya se había significado políticamente, pero esto es un paso más. Algo delicado porque se trata de una figura ya nuestra. Toca en los Goya, anuncia bancos… Rhodes forma parte ya del paisaje. Así que como la derecha (o al menos la derecha voxista) se queda huérfana de Rhodes, propongo sustituirlo por otro inglés. Ya que Rhodes no quiere ser el Rhodes de todos, el Rhodes para todos, habrá que buscar otro ingles al que apadrinar y tutelar en su aprendizaje de lo español.
Necesitamos otro inglés más o menos hispanista al que admirar.
Alexander Fiske-Harrison (en la foto) es mi propuesta. Es inglés, de parecida edad y también de muy buena familia (banca de inversión), estudió en Eton, se licenció en biología y filosofía en Oxford y Londres y es algo bastante parecido a un dandy. Si a Rhodes le pirran las torrijas y nuestras costumbres, lo que le gusta a Fiske-Harrison es La Costumbre: la tauromaquia. Es un gran aficionado y defensor y hace unos años publicó un libro sobre la Fiesta, “Into the arena. The world of spanish bullfight”. Al parecer, su maestro en la cosa taurina fue Suárez Illana.
Fiske-Harrison se presenta como “escritor y torero”, mantiene un blog taurino en inglés, The Last Arena, y es también un gran aficionado a los encierros, que suele correr vestido de blanco y con una elegante chaqueta roja con la que parece un personaje de P. G.Wodehouse derrapando en la Estafeta.
Fiske es un patricio, un dandy, un inglés envidiable y además un enamorado de España, como Rhodes. Pero tienen otra cosa en común. Ambos compartieron la misma escuela preparatoria, la Arnold House londinense a principios de los años 80. Según escribió Fiske-Harrison, coincidieron siendo muy niños en la misma clase de boxeo con el profesor que luego sería acusado por abusar de Rhodes.
Sus vidas se separaron después, pero vuelven a encontrarse en su pasión por España. Rhodes ama descubrir palabras y torreznos y Fiske Harrison es un taurino de pro, quizás el gran taurino inglés del momento. Suspendiendo un instante mi heterosexualidad -tampoco fanática, por otro lado- podría añadirse que es un hombre muy guapo, como si Rob Lowe tuviera los modales de Hugh Grant y cogiera el estoque como Cayetano Rivera. ¡Esto sí es un hispanista!
La derecha, si quiere, ya tiene otro James Rhodes.
Ahora se dice siempre lo de “literalmente”. Así que, como no ha escrito “quiero golpearte con una silla literalmente”, entenderemos, con benevolencia y simpatía, que lo dice en sentido figurado.
Pero el tuit ahí queda.
Rhodes ya se había significado políticamente, pero esto es un paso más. Algo delicado porque se trata de una figura ya nuestra. Toca en los Goya, anuncia bancos… Rhodes forma parte ya del paisaje. Así que como la derecha (o al menos la derecha voxista) se queda huérfana de Rhodes, propongo sustituirlo por otro inglés. Ya que Rhodes no quiere ser el Rhodes de todos, el Rhodes para todos, habrá que buscar otro ingles al que apadrinar y tutelar en su aprendizaje de lo español.
Necesitamos otro inglés más o menos hispanista al que admirar.
Alexander Fiske-Harrison (en la foto) es mi propuesta. Es inglés, de parecida edad y también de muy buena familia (banca de inversión), estudió en Eton, se licenció en biología y filosofía en Oxford y Londres y es algo bastante parecido a un dandy. Si a Rhodes le pirran las torrijas y nuestras costumbres, lo que le gusta a Fiske-Harrison es La Costumbre: la tauromaquia. Es un gran aficionado y defensor y hace unos años publicó un libro sobre la Fiesta, “Into the arena. The world of spanish bullfight”. Al parecer, su maestro en la cosa taurina fue Suárez Illana.
Fiske-Harrison se presenta como “escritor y torero”, mantiene un blog taurino en inglés, The Last Arena, y es también un gran aficionado a los encierros, que suele correr vestido de blanco y con una elegante chaqueta roja con la que parece un personaje de P. G.Wodehouse derrapando en la Estafeta.
Fiske es un patricio, un dandy, un inglés envidiable y además un enamorado de España, como Rhodes. Pero tienen otra cosa en común. Ambos compartieron la misma escuela preparatoria, la Arnold House londinense a principios de los años 80. Según escribió Fiske-Harrison, coincidieron siendo muy niños en la misma clase de boxeo con el profesor que luego sería acusado por abusar de Rhodes.
Sus vidas se separaron después, pero vuelven a encontrarse en su pasión por España. Rhodes ama descubrir palabras y torreznos y Fiske Harrison es un taurino de pro, quizás el gran taurino inglés del momento. Suspendiendo un instante mi heterosexualidad -tampoco fanática, por otro lado- podría añadirse que es un hombre muy guapo, como si Rob Lowe tuviera los modales de Hugh Grant y cogiera el estoque como Cayetano Rivera. ¡Esto sí es un hispanista!
La derecha, si quiere, ya tiene otro James Rhodes.