Saint-Just
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
A frau Merkel se le va de las manos el Reich, y nos faltaba por ver a Alemania dando lecciones de “valores europeos”… ¡a Polonia!, que se los ha llevado todos en el lomo.
Sin salirnos del siglo XX, los “valores europeos” son el fascismo y el comunismo, como saben los polacos, que son, ciertamente, católicos practicantes, y han dado muy malos ratos a los comunistas con Juan Pablo II y Lech Walesa.
Un periódico brutal advierte que la UE dejará sin voto a Varsovia… “si se consuma el control político del sistema judicial”.
Políticamente, la UE es un Estado de Partidos organizado por un ejército de ocupación (el americano, felizmente), e ideológicamente, el relativismo cultural propagado por la Cía mediante el Congreso por la Libertad Cultural de Michael Josselson.
–Y ahora, conectamos en directo con la guerra fría de la cultura –fue el gag de la BBC.
¿Por qué ha de ser Polonia la primera nación que adopte como refugiado a Montesquieu en Europa, donde nunca ha estado… ni se le espera?
Este cinismo europeísta viene desde los días en que la Revolución francesa decidió imponer sus trolas más groseras.
La Declaración de los Derechos del Hombre de 1789 establece que la nación que no separe los poderes carece de libertad y de Constitución. Mas el 6 de abril del 93 la Convención crea la dictadura ilimitada del Comité de Salud Pública, pero el 24 de del mismo mes todavía el listo, que es Saint-Just (¡el Ángel de la Muerte!), derrama su cinismo en la Convención proclamando que hay que dividir los poderes para que domine la libertad, al modo como los tiranos dividen al pueblo para mandar ellos mismos. Thuriot, actor en los crímenes de la Bastilla que Saint-Just juzga propios de caníbales, niega con sofismas que la dictadura suprima la separación de poderes, aunque el zafio Marat acepta esa supresión apelando al “despotismo de la libertad”. Hasta hoy.
Y ahora viene frau Merkel con que si los polacos fuman.
–Vosotros primero, que a mí me da la risa.