viernes, 14 de julio de 2017

Los Serrano

José Sánchez-Rojas

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Serrano es un economista español al que Maduro, el vicejefe del hamponato venezolano (el jefe es el locazo de Raúl Castro), llama “Jesucristo de la economía”, aunque tampoco estamos hablando de Martín de Azpilcueta, el Doctor Navarro.
Habla Ruano de un escritor, José Sánchez-Rojas, al que llamaban “el chulo de Santa Teresa” por el dinero que había sacado a la Santa publicando artículos sobre ella. Bueno, pues Serrano sería “el chulo de Chávez”, por el dinero que saca del militarón de Sabaneta con el libro “El pensamiento económico de Hugo Chávez”, que cabe en un tuit, pues se limita a atacar, como Shaw, a los economistas de Manchester por no ser lo suficientemente groseros y materialistas.

Cuando el economista ortodoxo –explica Chestertoncomienza con su fórmula primaria y correcta: “Supongamos que hay un hombre en una isla”, Shaw (Chávez, Serrano) siempre está dispuesto a interrumpirle bruscamente diciendo: “Hay un hombre en la calle”.
Como buen marxista gaditano, Serrano no es lector de “El Capital”, sino de la “Crítica al programa de Gotha”, unos folios confidenciales (no destinados a la publicidad) donde Marx expone su sistema del economato del Estado y del bono de sopa obligatorio, que es con lo que Lenin estableció su bolchevicato moscovita, y Chávez, su hamponato caraqueño (franquicia del habanero), asistido por “teóricos de la economía cristiana”, que es lo que Maduro, apoteosis de una calabaza, cree contratar en los Serrano.

Pero Serrano es algo peor.

Circula por la Red un video de Serrano en un avión recién aterrizado en Caracas; algunos pasajeros lo reconocen y lo increpan con una urbanidad impropia de un país muy rico serranamente condenado a la hambruna; y Serrano, español (¡extranjero!), con una fanfarronería de chulapo que toca el organillo con el codo (¡ese tipo no es de Cádiz!), graba con el móvil a los increpantes y los subraya con una mueca que es la mueca del chota en el talego.

¡Si Miranda levantara la cabeza!