La Manzana
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EL PRIMER ORDENADOR
Siento decir que no hay una sola línea de verdad en esta romántica versión de la vida y muerte de Turing, cual Blanca Nieves. Para empezar, Turing no fue el inventor del primer ordenador (1937, Howard Aiken; 1938, Konrad Zuse, primer calculador binario); quizás Turing inventara cosas más importantes pero Colossus no fue el primer ordenador...
LA MANZANA
La manzana mordisqueada, logo de los ordenadores Apple, no tiene nada que ver con el improbable suicidio de Turing. Se trata, más prosaicamente, de una jugada de marketing en la que mezclan astutamente la ecología -la manzana verde-, la tentación y transgresión edénica de lo prohibido -el mordisco- y la referencia a la manzana de Newton. Recuérdese que el primer logo de Apple representaba a Newton bajo un manzano. En cuanto a la rehabilitación póstuma de su buen nombre era absolutamente innecesaria al gozar de un prestigio colosal, hasta tal punto que el Premio Turing, creado en 1966 en su honor, se considera el Nobel de informática. Sin olvidar la estatua que le dedicó la municipalidad de Manchester, representado sentado en un banco con la dichosa manzana en una mano. Así nacen y se mantienen las leyendas urbanas.
Juan José R. Calaza
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Siento decir que no hay una sola línea de verdad en esta romántica versión de la vida y muerte de Turing, cual Blanca Nieves. Para empezar, Turing no fue el inventor del primer ordenador (1937, Howard Aiken; 1938, Konrad Zuse, primer calculador binario); quizás Turing inventara cosas más importantes pero Colossus no fue el primer ordenador...
LA MANZANA
La manzana mordisqueada, logo de los ordenadores Apple, no tiene nada que ver con el improbable suicidio de Turing. Se trata, más prosaicamente, de una jugada de marketing en la que mezclan astutamente la ecología -la manzana verde-, la tentación y transgresión edénica de lo prohibido -el mordisco- y la referencia a la manzana de Newton. Recuérdese que el primer logo de Apple representaba a Newton bajo un manzano. En cuanto a la rehabilitación póstuma de su buen nombre era absolutamente innecesaria al gozar de un prestigio colosal, hasta tal punto que el Premio Turing, creado en 1966 en su honor, se considera el Nobel de informática. Sin olvidar la estatua que le dedicó la municipalidad de Manchester, representado sentado en un banco con la dichosa manzana en una mano. Así nacen y se mantienen las leyendas urbanas.
Juan José R. Calaza
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