LA SILLA DEL GALLO
-Mientras con una mano citaba, con la otra ponía la silla a modo. Y cuando le di siete naturales, en vez de vaciar con el de pecho, me senté y le administré dos pases de Celeste Imperio. Me salió bordado.
Rafael el Gallo
Ignacio Ruiz Quintano
-Mientras con una mano citaba, con la otra ponía la silla a modo. Y cuando le di siete naturales, en vez de vaciar con el de pecho, me senté y le administré dos pases de Celeste Imperio. Me salió bordado.
Rafael el Gallo
Ignacio Ruiz Quintano