“Perteneció este toro de oro puro, admirablemente cincelado, con dos banderillas y un estoque, las tres colocadas “en lo alto”, las tres movibles, con dos floroncitos a los lados, sin duda para colocar plumeros, al primitivo tesoro de la Virgen.
El gran matador de toros Cúchares lo regaló a la Virgen del Pilar; pero se ignora si el donativo obedeció a su bien acreditada devoción simplemente, a una promesa o a un testimonio de gratitud por algún favor concedido. Lo cierto es que figuraba en el primitivo tesoro del cual se vendieron, subastaron más bien, en 30 de agosto de 1870, quinientas veintiocho alhajas, a fin de proceder con el producto de dicha venta a realizar determinadas obras en el templo mariano.
Tampoco hemos conseguido averiguar la cantidad en que dicho toro fue adquirido por el filántropo aragonés señor Aznárez, ni por qué serie de circunstancias el toro del Joyero pasó a poder de D. Antonio Navarro, de Tauste. Sí sabemos que el total conseguido por la venta de las joyas ascendió a 1.818.675,10 reales, y que entre las alhajas vendidas en pública subasta figuraba el toro de Cúchares. Don Antonio Navarro consignó en su testamento que al morir fuese devuelto el toro al tesoro catedralicio, como así lo hizo su esposa, doña Felisa López, y en el tesoro figura y se guarda como una verdadera reliquia.”
Mario Alegría
Crónica, 13 de octubre de 1935
(Vía J. R. M.)
El gran matador de toros Cúchares lo regaló a la Virgen del Pilar; pero se ignora si el donativo obedeció a su bien acreditada devoción simplemente, a una promesa o a un testimonio de gratitud por algún favor concedido. Lo cierto es que figuraba en el primitivo tesoro del cual se vendieron, subastaron más bien, en 30 de agosto de 1870, quinientas veintiocho alhajas, a fin de proceder con el producto de dicha venta a realizar determinadas obras en el templo mariano.
Tampoco hemos conseguido averiguar la cantidad en que dicho toro fue adquirido por el filántropo aragonés señor Aznárez, ni por qué serie de circunstancias el toro del Joyero pasó a poder de D. Antonio Navarro, de Tauste. Sí sabemos que el total conseguido por la venta de las joyas ascendió a 1.818.675,10 reales, y que entre las alhajas vendidas en pública subasta figuraba el toro de Cúchares. Don Antonio Navarro consignó en su testamento que al morir fuese devuelto el toro al tesoro catedralicio, como así lo hizo su esposa, doña Felisa López, y en el tesoro figura y se guarda como una verdadera reliquia.”
Mario Alegría
Crónica, 13 de octubre de 1935
(Vía J. R. M.)