Para arte, lo que se dice arte en Sevilla, el Garlochí
(La ilustradora de Salmonetes... en el bar de la calle Boteros, 26)
(La ilustradora de Salmonetes... en el bar de la calle Boteros, 26)
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En el ferial sevillano las calles llevan nombre de torero. En Pepe Luis Vázquez, 8, recibe Marisa Martín, que tiene a los gitanos de Utrera cantando “La quiero a morir”, con Jaime Ostos bailando en el redondel. Y allí todos los payos te dicen lo mismo:
–¿Vihte a Manzanare? ¡Qué arte, hiho!
Hablan del Manzanares que indultó a un Cuvillo en La Maestranza, y uno, con Cuvillos de por medio, no discute.
Vivimos otro andancio cursi, como corresponde a toda época de caída de valores, donde los toros y el fútbol consisten en desmayarse delante de un enemigo inválido. Trincherilla y tiqui-taca.
–Hemos ganado al equipo más rico del mundo –desliza Guardiola (no el ganadero, por Dios), sino el “alter ego” de Zapatero.
El “equipo del pueblo” (Pandiani), que “juega un fútbol de izquierdas” (Guardiola), gana “al equipo más rico del mundo” (Guardiola), lo cual (la riqueza) es “indecente” (Platini), cosa que la Uefa sanciona con árbitros que han convertido la semifinal Madrid-Barcelona en una caricatura de “El mariachi” de Robert Rodríguez.
¿Cuánto incienso no llevamos olido a cuenta del tiqui-taca? Sin embargo, el Mejor Equipo de la Historia por obra y gracia del tiqui-taca, el juego ofensivo por antonomasia, en cuatro partidos, y jugando once contra once, le ha metido al Madrid totalitario de Mourinho un gol y al contraataque, razón por lo cual, y en aras a los principios del tiqui-taca, debió ser anulado.
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