miércoles, 14 de julio de 2010

La importancia de un buen portero

Puerta tapiada y protegida de demonios

Francisco Javier Gómez Izquierdo

El triunfo tiende a exagerar, y siendo cierta la superioridad española sobre todas las selecciones contra las que se ha enfrentado, no es menos cierto que las victorias han dependido de detalles, como por ejemplo los aciertos de Casillas. Los aciertos de Casillas se han convertido en costumbre en toda la zona europea, a pesar del reproche de los puristas en lo tocante a los despejes de puños, y un miércoles sí y un domingo también el de Móstoles va acumulando milagritos que han generado un derecho consuetidinario que protege a los aficionados madridistas de males mayores. ¿Qué hubiera pasado si Cardozo marca el penalty para Paraguay?

-También falló Xabi Alonso. Uno por otro.... -dice el esporádico forofo.

Ya. ¡Que se lo cuenten a Ghana y a Asamoah Gyan! El mejor portero del mundo birló la gloria a Holanda en la mismísima final quitando a Robben dos goles que le hubieran convertido en el futbolista más importante del año. Son décimas de segundo que cambian la historia. Los que no entendemos los caprichos del segundero, llamamos a esos detalles Fortuna. Esa diosa que según los líricos acompaña a los audaces.

Las dos referencias que aquí señalo no significan que no hayamos merecido el triunfo, que sí. Holanda, Paraguay... y por supuesto Suiza, fueron peores que los nuestros. Significan que es oportuno relativizar las derrotas... tanto como las victorias. Ese fútbol de ensueño que todos dicen que ha practicado nuestra selección sólo se adivinó ante Alemania, y tampoco es cuestión de exagerar, pues al señor Löw le dió una ataque de pánico impensable entre gentes que siempre han presumido de ánimo decidido. El mejor fútbol de los Del Bosque apareció antes del Mundial; ante Inglaterra, Francia, Italia ó Argentina, contra quienes no se jugaba nada, pero demostraron una técnica lejos de los futbolistas del común. Por eso me hubiera gustado ver a Brasil en la final del domingo. Para mí, los únicos a nuestra altura.

Los Chavis, Villa e Iniesta se llevan todas las alabanzas, pero sin la Fortuna que acompaña siempre a Casillas, y al que deseamos no le abandone nunca, puede que los hombres de Prisa, con Alfredo Relaño a la cabeza, estarían demostrando empíricamente la ineptitud del Villarato, ese régimen que se distingue por ¿el afán de notoriedad? del único que se atrevió a dar un tortazo a las malas maneras holandesas. (Ya sé que dice fúrbo... ¿y qué?) Si aquél Gerardo ilustre ocupara la poltrona que le tenían preparada De la Morena, don Alfredo y los Manolos... seríamos... ¡yo qué sé lo que seríamos!

PD.- Conozco un portero de fama que ha pasado a peor Fortuna, y al que Maier regaló unos guantes de parar, con el que mantengo discrepancias sobre la valía del portero de España. Este guardameta amigo, que anda por los 60 marzos y que paró varios años en Primera, tiene la obsesión de los colegas y aficionados de la época: el despeje de puños.

-Miruzté, Cazilla nació de pie. No zale nunca de puño y ezo no pué zé en un internacioná.

-Jonbloed no sabe despejar de puños -me decía mi amigo Gaitu mientras veíamos atajar penaltys a Taladrid, helados de frío en El Plantío [Burgos]-, y además tiene gafas.